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Levítico 16

Levítico 16: El Día de la Expiación | La Purificación Anual de Israel

El capítulo 16 del libro de Levítico describe con detalle el ritual más sagrado del calendario israelita: el Día de la Expiación (Yom Kippur). Este día era la única ocasión en que el sumo sacerdote podía entrar al Lugar Santísimo, la parte más interna del tabernáculo, para hacer expiación por los pecados de todo el pueblo de Israel. Este capítulo no solo revela las instrucciones divinas para este solemne evento, sino que también profundiza en principios eternos sobre la santidad, el perdón y la reconciliación con Dios.


El Contexto del Día de la Expiación

El capítulo comienza recordando la muerte de Nadab y Abiú, los hijos de Aarón, quienes ofrendaron “fuego extraño” ante Jehová y fueron consumidos por el fuego divino (Levítico 10). Este trágico incidente subraya la seriedad de acercarse a Dios en su santidad. Por ello, Dios establece normas claras para que Aarón, como sumo sacerdote, entre al santuario sin peligro para su vida.

Aarón no podía entrar al Lugar Santísimo “en todo tiempo”, sino únicamente bajo condiciones específicas y con un propósito divino. Esto resalta la trascendencia de este acto y la necesidad de reverencia absoluta al acercarse a la presencia inmediata de Dios.


El Ritual del Día de la Expiación

1. Los Preparativos

  • Vestimentas especiales: Aarón debía vestirse con prendas sagradas de lino, símbolo de pureza y humildad, y lavar su cuerpo antes de comenzar el ritual.
  • Ofrendas personales: Aarón ofrecía un becerro como sacrificio por su propia expiación y la de su casa. Esto enfatiza que incluso el sumo sacerdote no estaba exento de pecado y necesitaba purificación antes de interceder por el pueblo.

2. Las Dos Cabras

Dos machos cabríos eran seleccionados para representar diferentes aspectos de la expiación:

  • La primera cabra (para Jehová): Esta cabra era sacrificada como ofrenda por el pecado. Su sangre era llevada al Lugar Santísimo y rociada sobre el propiciatorio (la cubierta del arca), simbolizando la purificación del santuario de las impurezas acumuladas durante el año.
  • La segunda cabra (para Azazel): Sobre esta cabra, Aarón colocaba ambas manos y confesaba todas las iniquidades, rebeliones y pecados de Israel. Luego, la cabra era enviada viva al desierto, llevándose consigo todos los pecados del pueblo. Este acto simbolizaba la remoción total del pecado y la restauración de la relación entre Dios y su pueblo.

3. La Purificación del Santuario

El santuario, el altar y el tabernáculo también requerían purificación debido a la contaminación causada por las transgresiones del pueblo. La sangre del becerro y de la cabra sacrificados era aplicada a los cuernos del altar y rociada sobre el Lugar Santísimo, asegurando que todo el espacio dedicado al culto quedara limpio y consagrado.


El Significado Espiritual del Ritual

Este capítulo está lleno de simbolismos profundos que apuntan hacia verdades espirituales universales:

  1. La Necessidad de la Expiación: El pecado separa a la humanidad de Dios, y solo mediante la sangre de un sacrificio aceptable puede haber reconciliación. Esto prefigura el sacrificio perfecto de Jesucristo, quien, según el Nuevo Testamento, es el cumplimiento definitivo de estos rituales.
  2. La Remoción del Pecado: La cabra para Azazel representa la eliminación completa del pecado. En el Nuevo Testamento, Cristo no solo paga por el pecado, sino que también lo quita completamente, restaurando la comunión plena con Dios.
  3. La Santidad de Dios: La prohibición de entrar al Lugar Santísimo en cualquier momento subraya la santidad inaccesible de Dios. Solo mediante un mediador designado (en este caso, Aarón) podía el pueblo acercarse a Él.
  4. El Perdón Divino: El Día de la Expiación era una oportunidad anual para que toda la nación fuera perdonada y purificada. Esto refleja la gracia de Dios, quien siempre provee medios para restaurar la relación con Él.

El Mandato Perpetuo

Jehová ordenó que este día fuera observado como un estatuto perpetuo. Era un tiempo de ayuno y humillación personal, durante el cual los israelitas debían abstenerse de cualquier trabajo. Este mandato enfatiza la importancia de la reflexión espiritual y la dependencia total de Dios para el perdón y la renovación.


Un Recordatorio de Dependencia Divina

El Día de la Expiación sirve como un recordatorio poderoso de que la verdadera pureza proviene únicamente de Dios. Aunque los rituales involucraban acciones físicas y materiales, su propósito era espiritual: restaurar la comunión entre un pueblo pecador y un Dios santo.

Comparte este artículo con aquellos que deseen comprender mejor el significado del Yom Kippur y su relevancia teológica. Estas enseñanzas nos recuerdan que la verdadera adoración exige corazones contritos y dispuestos a depender completamente de la gracia de Dios.

Texto integro del Libro de Levítico capítulo: 16

Capítulo 16

Y HABLÓ Jehová á Moisés, después que murieron los dos hijos de Aarón, cuando se llegaron delante de Jehová, y murieron;
2 Y Jehová dijo á Moisés: Di á Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario del velo adentro, delante de la cubierta que está sobre el arca, para que no muera: porque yo apareceré en la nube sobre la cubierta.
3 Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro por expiación, y un carnero en holocausto.
4 La túnica santa de lino se vestirá, y sobre su carne tendrá pañetes de lino, y ceñiráse el cinto de lino; y con la mitra de lino se cubrirá: son las santas vestiduras: con ellas, después de lavar su carne con agua, se ha de vestir.
5 Y de la congregación de los hijos de Israel tomará dos machos de cabrío para expiación, y un carnero para holocausto.
6 Y hará allegar Aarón el becerro de la expiación, que es suyo, y hará la reconciliación por sí y por su casa.
7 Después tomará los dos machos de cabrío, y los presentará delante de Jehová á la puerta del tabernáculo del testimonio.
8 Y echará suertes Aarón sobre los dos machos de cabrío; la una suerte por Jehová, y la otra suerte por Azazel.
9 Y hará allegar Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Jehová, y ofrecerálo en expiación.
10 Mas el macho cabrío, sobre el cual cayere la suerte por Azazel, lo presentará vivo delante de Jehová, para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo á Azazel al desierto.
11 Y hará llegar Aarón el becerro que era suyo para expiación, y hará la reconciliación por sí y por su casa, y degollará en expiación el becerro que es suyo.
12 Después tomará el incensario lleno de brasas de fuego, del altar de delante de Jehová, y sus puños llenos del perfume aromático molido, y meterálo del velo adentro:
13 Y pondrá el perfume sobre el fuego delante de Jehová, y la nube del perfume cubrirá la cubierta que está sobre el testimonio, y no morirá.
14 Tomará luego de la sangre del becerro, y rociará con su dedo hacia la cubierta al lado oriental: hacia la cubierta esparcirá siete veces de aquella sangre con su dedo.
15 Después degollará en expiación el macho cabrío, que era del pueblo, y meterá la sangre de él del velo adentro; y hará de su sangre como hizo de la sangre del becerro, y esparcirá sobre la cubierta y delante de la cubierta:
16 Y limpiará el santuario, de las inmundicias de los hijos de Israel, y de sus rebeliones, y de todos sus pecados: de la misma manera hará también al tabernáculo del testimonio, el cual reside entre ellos en medio de sus inmundicias.
17 Y ningún hombre estará en el tabernáculo del testimonio cuando él entrare á hacer la reconciliación en el santuario, hasta que él salga, y haya hecho la reconciliación por sí, y por su casa, y por toda la congregación de Israel.
18 Y saldrá al altar que está delante de Jehová, y lo expiará; y tomará de la sangre del becerro, y de la sangre del macho cabrío, y pondrá sobre los cuernos del altar alrededor.
19 Y esparcirá sobre él de la sangre con su dedo siete veces, y lo limpiará, y lo santificará de las inmundicias de los hijos de Israel.
20 Y cuando hubiere acabado de expiar el santuario, y el tabernáculo del testimonio, y el altar, hará llegar el macho cabrío vivo:
21 Y pondrá Aarón ambas manos suyas sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, y todas sus rebeliones, y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto.
22 Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos á tierra inhabitada: y dejará ir el macho cabrío por el desierto.
23 Después vendrá Aarón al tabernáculo del testimonio, y se desnudará las vestimentas de lino, que había vestido para entrar en el santuario, y pondrálas allí.
24 Lavará luego su carne con agua en el lugar del santuario, y después de ponerse sus vestidos saldrá, y hará su holocausto, y el holocausto del pueblo, y hará la reconciliación por sí y por el pueblo.
25 Y quemará el sebo de la expiación sobre el altar.
26 Y el que hubiere llevado el macho cabrío á Azazel, lavará sus vestidos, lavará también con agua su carne, y después entrará en el real.
27 Y sacará fuera del real el becerro del pecado, y el macho cabrío de la culpa, la sangre de los cuales fué metida para hacer la expiación en el santuario; y quemarán en el fuego sus pellejos, y sus carnes, y su estiércol.
28 Y el que los quemare, lavará sus vestidos, lavará también su carne con agua, y después entrará en el real.
29 Y esto tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, á los diez del mes, afligiréis vuestras almas, y ninguna obra haréis, ni el natural ni el extranjero que peregrina entre vosotros:
30 Porque en este día se os reconciliará para limpiaros; y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová.
31 Sábado de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas, por estatuto perpetuo.
32 Y hará la reconciliación el sacerdote que fuere ungido, y cuya mano hubiere sido llena para ser sacerdote en lugar de su padre; y se vestirá las vestimentas de lino, las vestiduras sagradas:
33 Y expiará el santuario santo, y el tabernáculo del testimonio; expiará también el altar, y á los sacerdotes, y á todo el pueblo de la congregación.
34 Y esto tendréis por estatuto perpetuo, para expiar á los hijos de Israel de todos sus pecados una vez en el año. Y Moisés lo hizo como Jehová le mandó.

Texto integro del Libro de Levítico capítulo: 16

El capítulo 16 del libro de Levítico es un capítulo crucial que describe el Día de la Expiación, un evento anual central en la religión judía que se lleva a cabo para purificar y reconciliar al pueblo de Israel con Dios. A continuación, se presenta un resumen exhaustivo de este capítulo:

  1. Preparativos para el Día de la Expiación (Versículos 1-2): Dios instruye a Moisés sobre cómo debe llevarse a cabo el Día de la Expiación, que se celebra una vez al año en el séptimo mes. Moisés advierte a Aarón, el sumo sacerdote, que no debe ingresar al Lugar Santo en cualquier momento, excepto en el Día de la Expiación.
  2. Sacrificios y Ritual de Purificación (Versículos 3-22): Se describe en detalle el ritual que Aarón debe llevar a cabo para purificar tanto a sí mismo como al santuario. Esto incluye los sacrificios de un novillo como ofrenda por el pecado por él mismo y su familia, y un macho cabrío como ofrenda por el pecado por el pueblo de Israel. Se relata cómo Aarón debe rociar la sangre en el Lugar Santísimo y sobre el altar del incienso. Luego, dos machos cabríos son presentados como ofrendas, uno para el Señor y el otro como el “chivo expiatorio”.
  3. El Chivo Expiatorio (Versículos 20-22): Aarón coloca sus manos sobre el chivo expiatorio, confesando los pecados y transgresiones del pueblo. Luego, el chivo es enviado al desierto como un acto simbólico de llevarse los pecados del pueblo y alejarlos.
  4. Purificación del Lugar Santo y el Altar (Versículos 23-28): Aarón regresa al Lugar Santo para rociar la sangre de los sacrificios sobre el altar del incienso y el altar del holocausto, purificándolos de la impureza del pecado.
  5. El Día de Reposo y la Observancia Perpetua (Versículos 29-34): El Día de la Expiación se considera un día de reposo solemne y un día de ayuno para el pueblo de Israel. Se establece que este día debe ser observado anualmente como una ordenanza perpetua para purificación y reconciliación.
  6. Conclusión (Versículos 35-36): El capítulo concluye enfatizando la importancia de la celebración del Día de la Expiación y cómo purifica y reconcilia al pueblo con Dios.

En resumen, el capítulo 16 de Levítico describe en detalle el ritual del Día de la Expiación, un evento anual crucial en la religión judía que tiene como objetivo purificar y reconciliar al pueblo de Israel con Dios. Este ritual involucra sacrificios, la purificación del santuario y el simbólico “chivo expiatorio”. Se enfatiza que este día es una ordenanza perpetua y fundamental en la vida religiosa de Israel.

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