El libro de Nehemías en la Biblia relata las memorias de Nehemías, quien fue comisionado por el rey persa Artajerjes I para viajar a Jerusalén y encargarse de la reconstrucción de sus murallas. Este relato abarca su misión y las tareas llevadas a cabo para restaurar la ciudad y promover una reforma religiosa y moral entre el pueblo. Durante los años de exilio, la fe y las costumbres de Israel habían sido influenciadas negativamente, alejándolos de la obediencia a la ley de Dios. Nehemías también registra la lectura pública de la ley realizada por Esdras, sacerdote y escriba, lo que resulta en la renovación solemne del pacto entre Dios y el pueblo. Además, los últimos capítulos brindan información detallada sobre el personal del templo, la consagración de los muros y algunas reformas implementadas por Nehemías.
Reconstrucción del muro de Jerusalén:
La primera parte de las memorias de Nehemías se centra en la reconstrucción del muro de Jerusalén. Desde el capítulo 1 hasta el capítulo 7, versículo 7-3a, se relatan los desafíos enfrentados y los esfuerzos realizados para llevar a cabo esta importante tarea. Nehemías organiza a la población y supera obstáculos significativos, demostrando su liderazgo y determinación en la restauración de la ciudad.
Lectura pública de la ley y renovación del pacto:
En la siguiente sección, que abarca desde el capítulo 7, versículo 7-3b hasta el capítulo 10, versículo 39, Nehemías registra la lectura pública de la ley de Dios por parte de Esdras. Esta lectura tiene un profundo impacto en el pueblo, ya que renueva su compromiso con Dios y su deseo de vivir en obediencia a sus mandamientos. La renovación del pacto fortalece la identidad espiritual de Israel y establece una base sólida para la restauración del pueblo.
Los habitantes de Jerusalén y la dedicación del muro:
En la tercera parte de las memorias de Nehemías, que abarca desde el capítulo 11 hasta el capítulo 13, se proporciona información detallada sobre los habitantes de Jerusalén y la dedicación del muro reconstruido. Nehemías muestra preocupación por la población y trabaja para repoblar la ciudad, asegurando su estabilidad y continuidad. Además, implementa reformas y corrige prácticas incorrectas para mantener la pureza religiosa y moral del pueblo.