1 Samuel 26: David Perdona a Saúl por Segunda Vez: Lecciones de Integridad
Una Noche Decisiva en el Campamento de Saúl
El capítulo 26 de 1 Samuel nos presenta un sorprendente paralelo al incidente de la cueva de Engadi. Una vez más, David tiene la oportunidad de matar a Saúl, pero elige el camino de la integridad. Esta historia nos enseña valiosas lecciones sobre:
1. La Repetición de las Pruebas (vv. 1-5)
Los zifeos vuelven a traicionar a David, revelando su ubicación a Saúl. El rey moviliza 3,000 soldados para cazar al futuro rey. David, al descubrir el campamento enemigo, demuestra su estrategia militar al enviar espías.
Reflexión: ¿No es cierto que las pruebas suelen repetirse hasta que aprendemos la lección?
2. La Tentación y Sus Aliados (vv. 6-9)
Abisai, sobrino de David, ofrece matar a Saúl con sus propias manos:
“Dios lo ha entregado en tus manos” (v. 8).
Pero David responde con firmeza:
“No mates al ungido de Jehová” (v. 9).
Detalle crucial:
David no solo rechaza matar a Saúl, sino que impide que otros lo hagan por él. La tentación a veces viene con ayudantes bienintencionados.
3. El Simbólico Robo de la Lanza (vv. 10-12)
En lugar de matar, David toma:
- La lanza (símbolo del poder real)
- La jarra de agua (símbolo de sustento vital)
Dios envió un sueño profundo sobre el campamento (v. 12), mostrando Su control soberano.
El Diálogo que Desarma a un Rey (vv. 13-25)
David Desenmascara la Incompetencia de Abner (vv. 13-16)
Desde una colina distante, David avergüenza al general Abner:
“¿No eres tú un hombre valiente? ¿Por qué no protegiste a tu rey?” (v. 15).
La ausencia de la lanza real prueba su negligencia.
El Arrepentimiento Temporal de Saúl (vv. 17-21)
Saúl reconoce la voz de David y llama “hijo mío”. Admite:
“He pecado… he actuado neciamente” (v. 21).
Pero sabemos por la historia que este arrepentimiento no será duradero.
La Declaración de Principios de David (vv. 22-25)
David devuelve la lanza y proclama:
“Jehová pagará a cada uno según su justicia… Yo no quise tocar al ungido de Jehová” (v. 23).
Profecía de Saúl:
“Sin duda lograrás grandes cosas y prevalecerás” (v. 25). Palabras irónicas, pues era el mismo hombre que intentaba matarlo.
Lecciones para la Vida Actual
- Las pruebas repetidas son oportunidades para reforzar nuestro carácter
Dios permitió que David enfrentara una situación similar para consolidar su integridad. - La verdadera espiritualidad se muestra cuando nadie mira
En la oscuridad de la noche, David demostró su temor a Dios. - No delegues tu integridad
David no permitió que Abisai hiciera lo que él no estaba dispuesto a hacer. - Dios juzgará a cada uno según sus obras
David confiaba en la justicia divina antes que en su propia venganza.
¿Estás enfrentando una prueba recurrente? Como David, usa cada oportunidad para fortalecer tu carácter. ¿Te presionan para comprometer tus principios? Recuerda: la integridad vale más que la conveniencia.
“El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel” (Lucas 16:10). Comparte esta enseñanza con alguien que necesite recordar el valor de mantenerse íntegro cuando nadie mira.
David prefirió parecer débil ante los hombres antes que desobediente ante Dios. ¿Qué eligirás tú cuando la tentación llame a tu puerta?
Texto integro del Libro de 1 Samuel capítulo: 26
1 Samuel capítulo 26
Capítulo 26
Y VINIERON los Zipheos á Saúl en Gabaa, diciendo: ¿No está David escondido en el collado de Hachîla delante del desierto?
2 Saúl entonces se levantó, y descendió al desierto de Ziph, llevando consigo tres mil hombres escogidos de Israel, para buscar á David en el desierto de Ziph.
3 Y asentó Saúl el campo en el collado de Hachîla, que está delante del desierto junto al camino. Y estaba David en el desierto, y entendió que Saúl le seguía en el desierto.
4 David por tanto envió espías, y entendió por cierto que Saúl había venido.
5 Y levantóse David, y vino al sitio donde Saúl había asentado el campo; y miró David el lugar donde dormía Saúl, y Abner hijo de Ner, general de su ejército. Y estaba Saúl durmiendo en la trinchera, y el pueblo por el campo en derredor de él.
6 Entonces habló David, y requirió á Ahimelech Hetheo, y á Abisai hijo de Sarvia, hermano de Joab, diciendo: ¿Quién descenderá conmigo á Saúl al campo: Y dijo Abisai: Yo descenderé contigo.
7 David pues y Abisai vinieron al pueblo de noche: y he aquí Saúl que estaba tendido durmiendo en la trinchera, y su lanza hincada en tierra á su cabecera; y Abner y el pueblo estaban alrededor de él tendidos.
8 Entonces dijo Abisai á David: Hoy ha Dios entregado á tu enemigo en tus manos: ahora pues, herirélo luego con la lanza, cosiéndole con la tierra de un golpe, y no segundaré.
9 Y David respondió á Abisai: No le mates: porque ¿quién extenderá su mano contra el ungido de Jehová, y será inocente?
10 Dijo además David: Vive Jehová, que si Jehová no lo hiriere, ó que su día llegue para que muera, ó que descendiendo en batalla perezca,
11 Guárdeme Jehová de extender mi mano contra el ungido de Jehová; empero toma ahora la lanza que está á su cabecera, y la botija del agua, y vámonos.
12 Llevóse pues David la lanza y la botija de agua de la cabecera de Saúl, y fuéronse; que no hubo nadie que viese, ni entendiese, ni velase, pues todos dormían: porque un profundo sueño enviado de Jehová había caído sobre ellos.
13 Y pasando David de la otra parte, púsose desviado en la cumbre del monte, habiendo grande distancia entre ellos;
14 Y dió voces David al pueblo, y á Abner hijo de Ner, diciendo: ¿No respondes, Abner? Entonces Abner respondió y dijo: ¿Quién eres tú que das voces al rey?
15 Y dijo David á Abner: ¿No eres varón tú? ¿y quién hay como tú en Israel? ¿por qué pues no has guardado al rey tu señor? que ha entrado uno del pueblo á matar á tu señor el rey.
16 Esto que has hecho, no está bien. Vive Jehová, que sois dignos de muerte, que no habéis guardado á vuestro señor, al ungido de Jehová. Mira pues ahora dónde está la lanza del rey, y la botija del agua que estaba á su cabecera.
17 Y conociendo Saúl la voz de David, dijo: ¿No es esta tu voz, hijo mío David? Y David respondió: Mi voz es, rey señor mío.
18 Y dijo: ¿Por qué persigue así mi señor á su siervo? ¿qué he hecho? ¿qué mal hay en mi mano?
19 Ruego pues, que el rey mi señor oiga ahora las palabras de su siervo. Si Jehová te incita contra mí, acepte un sacrificio: mas si fueren hijos de hombres, malditos ellos en presencia de Jehová, que me han echado hoy para que no me junte en la heredad de Jehová, diciendo: Ve y sirve á dioses ajenos.
20 No caiga pues ahora mi sangre en tierra delante de Jehová: porque ha salido el rey de Israel á buscar una pulga, así como quien persigue una perdiz por los montes.
21 Entonces dijo Saúl: He pecado: vuélvete, hijo mío David, que ningún mal te haré más, pues que mi vida ha sido estimada hoy en tus ojos. He aquí, yo he hecho neciamente, y he errado en gran manera.
22 Y David respondió, y dijo: He aquí la lanza del rey; pase acá uno de los criados, y tómela.
23 Y Jehová pague á cada uno su justicia y su lealtad: que Jehová te había entregado hoy en mi mano, mas yo no quise extender mi mano sobre el ungido de Jehová.
24 Y he aquí, como tu vida ha sido estimada hoy en mis ojos, así sea mi vida estimada en los ojos de Jehová, y me libre de toda aflicción.
25 Y Saúl dijo á David: Bendito eres tú, hijo mío David; sin duda ejecutarás tú grandes empresas, y prevalecerás. Entonces David se fué su camino, y Saúl se volvió á su lugar.
Resumen del capítulo 26 del libro de 1 Samuel
El capítulo 26 del libro de 1 Samuel en la Biblia narra otro encuentro significativo entre David y Saúl mientras David continúa huyendo de la persecución de Saúl. Aquí tienes un resumen exhaustivo del capítulo 26:
El capítulo 26 comienza con Saúl persiguiendo a David nuevamente, esta vez con tres mil hombres, en un intento por capturarlo y matarlo. Saúl recibe información de que David se encuentra en el desierto de Zif, en el monte Hasalá.
David y su hombre Abisai se infiltran en el campamento de Saúl mientras duermen. Abisai sugiere a David que aproveche la oportunidad para matar a Saúl, ya que Dios parece haberlo entregado en sus manos. Sin embargo, David se niega a tomar la vida de Saúl y en lugar de eso decide demostrarle su lealtad y respeto.
David se acerca sigilosamente a Saúl y a uno de sus consejeros, Abner, mientras duermen. David toma la lanza y la jarra de agua que estaban junto a la cabeza de Saúl y se aleja. Luego, desde una distancia segura, llama al campamento de Saúl y demuestra que podría haberlo matado, pero optó por no hacerlo.
Saúl se da cuenta de que David ha demostrado su bondad y lealtad una vez más y admite su error al perseguirlo. Saúl ruega a David que no lo mate y predice que David será rey de Israel en el futuro. David y Saúl se reconcilian momentáneamente y cada uno regresa a su lugar.
El capítulo 26 destaca la compasión y la lealtad de David hacia Saúl, su enemigo, al no aprovechar la oportunidad para matarlo. Muestra la contrición momentánea de Saúl y su reconocimiento de que David será el futuro rey de Israel.
En resumen, el capítulo 26 de 1 Samuel narra el segundo encuentro en el que David decide no matar a Saúl, a pesar de tener la oportunidad de hacerlo. La historia enfatiza la compasión y la lealtad de David y la momentánea reconciliación entre él y Saúl.