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Levítico 4

Levítico 4: La Expiación | Un Camino hacia el Perdón y la Restauración

El capítulo 4 del libro de Levítico aborda uno de los temas más profundos y esenciales de la fe hebrea: la expiación por el pecado. Este proceso no solo era una forma de corregir errores, sino también un medio para restaurar la relación entre Dios y su pueblo. En este capítulo, encontramos instrucciones detalladas sobre cómo debían realizarse los sacrificios expiatorios dependiendo de quién hubiera cometido el error, ya fuera un sacerdote ungido, toda la congregación, un príncipe o una persona común. Cada caso refleja la seriedad con la que se trataba el pecado y la misericordia divina que permitía la reconciliación.

El Pecado del Sacerdote Ungido

Cuando un sacerdote ungido pecaba involuntariamente, su error afectaba a toda la comunidad debido a su posición como mediador entre Dios y el pueblo. Para expiar su pecado, debía ofrecer un becerro sin defecto como sacrificio. Este animal, símbolo de pureza y valor, era llevado a la entrada del tabernáculo del testimonio, donde el sacerdote colocaba sus manos sobre su cabeza, transfiriendo simbólicamente su culpa al animal. Luego, el becerro era degollado, y su sangre era llevada al interior del santuario. El sacerdote rociaba la sangre siete veces hacia el velo del santuario y ponía parte de ella sobre los cuernos del altar del perfume aromático. Finalmente, todo el animal era llevado fuera del campamento y quemado como señal de total separación del pecado.

El Pecado de Toda la Congregación

Si la congregación entera pecaba por ignorancia, el proceso de expiación era similar al del sacerdote, pero con la participación de los ancianos. Estos líderes colocaban sus manos sobre la cabeza de un becerro, reconociendo colectivamente el pecado. La sangre del animal era llevada al interior del tabernáculo y rociada hacia el velo, mientras que el resto era derramado al pie del altar del holocausto. Todo el sebo del becerro era quemado sobre el altar como ofrenda encendida, y el cuerpo del animal era llevado fuera del campamento para ser quemado. Este ritual subrayaba la responsabilidad colectiva ante Dios y la necesidad de arrepentimiento comunitario.

El Pecado del Príncipe

Cuando un líder, o príncipe, pecaba involuntariamente, el sacrificio requerido era un macho cabrío sin defecto. Este animal era degollado en el lugar donde se realizaban los holocaustos, y su sangre era aplicada sobre los cuernos del altar del holocausto. El sebo del macho cabrío era quemado sobre el altar como ofrenda de olor suave a Jehová, simbolizando la aceptación del sacrificio y la restauración de la relación con Dios. Este acto recordaba que incluso los líderes, quienes tenían una gran influencia sobre el pueblo, estaban sujetos a las mismas leyes divinas y debían rendir cuentas por sus acciones.

El Pecado de la Persona Común

Para el individuo común, el proceso de expiación variaba según el recurso disponible. Si la persona podía ofrecer una cabra, esta debía ser una hembra sin defecto. El oferente colocaba su mano sobre la cabeza del animal antes de sacrificarlo, y su sangre era aplicada sobre los cuernos del altar del holocausto. El sebo era quemado como ofrenda encendida, y el sacerdote realizaba la expiación en nombre del oferente. Si la persona no tenía una cabra, podía ofrecer un cordero hembra siguiendo un procedimiento similar. Este sistema flexible demostraba la preocupación divina por la accesibilidad de la expiación, asegurando que todos tuvieran la oportunidad de recibir perdón.

La Importancia del Sebo y la Sangre en la Expiación

Un aspecto crucial de estos sacrificios era el uso exclusivo del sebo y la sangre para la expiación. El sebo, considerado lo mejor del animal, era quemado como ofrenda a Jehová, simbolizando la entrega completa y la prioridad de Dios en la vida del oferente. La sangre, por su parte, representaba la vida misma y su poder purificador. Estos elementos recordaban que el pecado tiene consecuencias graves, pero que la misericordia de Dios siempre está dispuesta a restaurar a aquellos que se arrepienten sinceramente.

Comparte este artículo con aquellos que deseen entender la profundidad del proceso de expiación en Levítico. Este capítulo no solo revela la justicia y la santidad de Dios, sino también su amor inagotable, que ofrece un camino hacia el perdón y la reconciliación.

Texto integro del Libro de Levítico capítulo: 4

Levítico capítulo 4

Capítulo 4

Y HABLÓ Jehová á Moisés, diciendo:
2 Habla á los hijos de Israel, diciendo: Cuando alguna persona pecare por yerro en alguno de los mandamientos de Jehová sobre cosas que no se han de hacer, y obrare contra alguno de ellos;
3 Si sacerdote ungido pecare según el pecado del pueblo, ofrecerá á Jehová, por su pecado que habrá cometido, un becerro sin tacha para expiación.
4 Y traerá el becerro á la puerta del tabernáculo del testimonio delante de Jehová, y pondrá su mano sobre la cabeza del becerro, y lo degollará delante de Jehová.
5 Y el sacerdote ungido tomará de la sangre del becerro, y la traerá al tabernáculo del testimonio;
6 Y mojará el sacerdote su dedo en la sangre, y rociará de aquella sangre siete veces delante de Jehová, hacia el velo del santuario.
7 Y pondrá el sacerdote de la sangre sobre los cuernos del altar del perfume aromático, que está en el tabernáculo del testimonio delante de Jehová: y echará toda la sangre del becerro al pie del altar del holocausto, que está á la puerta del tabernáculo del testimonio.
8 Y tomará del becerro para la expiación todo su sebo, el sebo que cubre los intestinos, y todo el sebo que está sobre las entrañas,
9 Y los dos riñones, y el sebo que está sobre ellos, y el que está sobre los ijares, y con los riñones quitará el redaño de sobre el hígado,
10 De la manera que se quita del buey del sacrificio de las paces: y el sacerdote lo hará arder sobre el altar del holocausto.
11 Y el cuero del becerro, y toda su carne, con su cabeza, y sus piernas, y sus intestinos, y su estiércol,
12 En fin, todo el becerro sacará fuera del campo, á un lugar limpio, donde se echan las cenizas, y lo quemará al fuego sobre la leña: en donde se echan las cenizas será quemado.
13 Y si toda la congregación de Israel hubiere errado, y el negocio estuviere oculto á los ojos del pueblo, y hubieren hecho algo contra alguno de los mandamientos de Jehová en cosas que no se han de hacer, y fueren culpables;
14 Luego que fuere entendido el pecado sobre que delinquieron, la congregación ofrecerá un becerro por expiación, y lo traerán delante del tabernáculo del testimonio.
15 Y los ancianos de la congregación pondrán sus manos sobre la cabeza del becerro delante de Jehová; y en presencia de Jehová degollarán aquel becerro.
16 Y el sacerdote ungido meterá de la sangre del becerro en el tabernáculo del testimonio.
17 Y mojará el sacerdote su dedo en la misma sangre, y rociará siete veces delante de Jehová hacia el velo.
18 Y de aquella sangre pondrá sobre los cuernos del altar que está delante de Jehová en el tabernáculo del testimonio, y derramará toda la sangre al pie del altar del holocausto, que está á la puerta del tabernáculo del testimonio.
19 Y le quitará todo el sebo, y harálo arder sobre el altar.
20 Y hará de aquel becerro como hizo con el becerro de la expiación; lo mismo hará de él: así hará el sacerdote expiación por ellos, y obtendrán perdón.
21 Y sacará el becerro fuera del campamento, y lo quemará como quemó el primer becerro; expiación de la congregación.
22 Y cuando pecare el príncipe, é hiciere por yerro algo contra alguno de todos los mandamientos de Jehová su Dios, sobre cosas que no se han de hacer, y pecare;
23 Luego que le fuere conocido su pecado en que ha delinquido, presentará por su ofrenda un macho cabrío sin defecto.
24 Y pondrá su mano sobre la cabeza del macho cabrío, y lo degollará en el lugar donde se degüella el holocausto delante de Jehová; es expiación.
25 Y tomará el sacerdote con su dedo de la sangre de la expiación, y pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto, y derramará la sangre al pie del altar del holocausto:
26 Y quemará todo su sebo sobre el altar, como el sebo del sacrificio de las paces: así hará el sacerdote por él la expiación de su pecado, y tendrá perdón.
27 Y si alguna persona del común del pueblo pecare por yerro, haciendo algo contra alguno de los mandamientos de Jehová en cosas que no se han de hacer, y delinquiere;
28 Luego que le fuere conocido su pecado que cometió, traerá por su ofrenda una hembra de las cabras, una cabra sin defecto, por su pecado que habrá cometido:
29 Y pondrá su mano sobre la cabeza de la expiación, y la degollará en el lugar del holocausto.
30 Luego tomará el sacerdote en su dedo de su sangre, y pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto, y derramará toda su sangre al pie del altar.
31 Y le quitará todo su sebo, de la manera que fue quitado el sebo del sacrificio de las paces; y el sacerdote lo hará arder sobre el altar en olor de suavidad á Jehová: así hará el sacerdote expiación por él, y será perdonado.
32 Y si trajere cordero para su ofrenda por el pecado, hembra sin defecto traerá.
33 Y pondrá su mano sobre la cabeza de la expiación, y la degollará por expiación en el lugar donde se degüella el holocausto.
34 Después tomará el sacerdote con su dedo de la sangre de la expiación, y pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto; y derramará toda la sangre al pie del altar.
35 Y le quitará todo su sebo, como fué quitado el sebo del sacrificio de las paces, y harálo el sacerdote arder en el altar sobre la ofrenda encendida á Jehová: y le hará el sacerdote expiación de su pecado que habrá cometido, y será perdonado.

Resumen del capítulo 4 del libro Levítico

El capítulo 4 del libro de Levítico en la Biblia se centra en las leyes y rituales de expiación por el pecado involuntario. A continuación, te proporciono un resumen exhaustivo de este capítulo:

El capítulo 4 de Levítico se inicia con una descripción de los pecados involuntarios cometidos por el sumo sacerdote, la comunidad en general, el príncipe o líder, o cualquier individuo común. Estos pecados involuntarios incluyen cosas como la profanación del santuario, el contacto con impureza ritual sin darse cuenta, o hacer algo prohibido sin intención.

Para cada tipo de pecado involuntario, se establecen diferentes rituales de expiación. Aquí se detallan los pasos generales que se deben seguir en todos los casos:

  1. Reconocimiento del pecado: Cuando alguien se da cuenta de que ha cometido un pecado involuntario, debe llevar un sacrificio específico al Tabernáculo (el lugar de adoración).
  2. Elección del animal: El tipo de animal que se debe ofrecer como sacrificio depende de quién haya cometido el pecado. Para el sumo sacerdote, se requería un novillo sin defectos; para la comunidad, un novillo sin defectos; para el líder, un macho cabrío sin defectos; y para un individuo común, una cabra o un cordero sin defectos.
  3. Imposición de manos y matanza: La persona que haya cometido el pecado involuntario coloca sus manos sobre la cabeza del animal como un acto simbólico de transferencia del pecado. Luego, el animal es sacrificado.
  4. Rociar la sangre: La sangre del animal sacrificado se rociaba en el altar del Tabernáculo, simbolizando la purificación del pecado.
  5. Quemar la grasa y partes específicas: Se quema la grasa de ciertas partes del animal en el altar, mientras que otras partes se queman fuera del campamento, todo como parte del proceso de expiación.
  6. Ofrenda de flor de harina: En algunos casos, se requiere que se ofrezca una ofrenda de flor de harina junto con el sacrificio animal. Esta ofrenda incluye aceite y incienso, y se quema en el altar.
  7. Perdón y purificación: Después de seguir estos pasos, se considera que la persona ha obtenido el perdón de Dios y se ha purificado de su pecado involuntario.

El capítulo 4 establece que la expiación por el pecado involuntario es una parte fundamental de la adoración en el antiguo Israel y que proporciona una forma de reconciliación con Dios cuando se cometen errores sin intención. También destaca la importancia de seguir cuidadosamente los rituales y procedimientos prescritos por la ley para lograr la purificación y el perdón.

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