Poder sobre lo Imposible: Liberación, Sanidad y Resurrección en Marcos 5
Marcos 5 es un capítulo donde Jesús enfrenta el dolor humano en sus formas más extremas: un hombre poseído por una legión de demonios, una mujer desangrándose por doce años y una niña al borde de la muerte. En cada caso, su poder no solo cambia vidas, sino que desafía toda lógica humana.
El Endemoniado Gadareno: Liberación en Tierra Pagana
Al llegar a la región de los gadarenos (zona pagana), Jesús es recibido por un hombre poseído que vive entre tumbas, rompe cadenas y se autolesiona. Los demonios dentro de él reconocen a Jesús como “Hijo del Dios Altísimo” y suplican no ser destruidos. Cuando Jesús pregunta su nombre, la respuesta es escalofriante: “Legión… porque somos muchos”.
En un giro inesperado, los demonios piden entrar en una manada de cerdos (animales impuros para los judíos). Jesús lo permite, y los cerdos se precipitan al mar. La reacción de los gadarenos es reveladora: en lugar de celebrar la liberación del hombre—ahora “sentado, vestido y en su juicio cabal”—le piden a Jesús que se vaya. Prefieren sus cerdos a su Salvador.
El hombre liberado quiere seguir a Jesús, pero él le ordena: “Vete a tu casa… cuenta lo que Dios ha hecho por ti”. Así, el primer misionero en Decápolis (región gentil) es un exendemoniado.
La Mujer con Flujo de Sangre: Fe en el Toque Furtivo
De regreso a Galilea, una mujer desesperada se acerca a Jesús. Lleva doce años sangrando (condición que la hace ritualmente impura). Ha gastado todo en médicos, pero solo empeora. Su fe es tan grande que piensa: “Si toco su manto, seré sanada”.
Al hacerlo, Jesús siente que poder sale de él. La mujer, temblando, confiesa la verdad. Jesús no la reprende; la llama “Hija” y declara: “Tu fe te ha salvado”. No solo queda sana físicamente, sino que es restaurada social y espiritualmente.
La Hija de Jairo: Cuando la Fe Choca con la Muerte
Mientras esto ocurre, Jairo, un líder religioso, suplica a Jesús que sane a su hija moribunda. Pero en el camino, llega la noticia: “Tu hija ha muerto”. Jesús ignora el lamento y dice a Jairo: “No temas, cree solamente”.
Al llegar a la casa, el llanto y las burlas rodean el cuerpo de la niña. Jesús exclama: “No está muerta, sino dormida”. Toma su mano y dice en arameo: “Talita cumi” (Niña, levántate). La niña resucita, y Jesús pide que le den de comer—un detalle que muestra la realidad física del milagro.
Tres Milagros, Un Mensaje: El Poder de Jesús sobre Todo
- Sobre los demonios: Ni las legiones del infierno pueden resistir su autoridad.
- Sobre la enfermedad crónica: Ni doce años de sufrimiento son obstáculo para su poder.
- Sobre la muerte: Ni el final biológico limita su voz creadora.
El Costo de la Fe y la Incomprensión Humana
- Los gadarenos rechazan a Jesús por pérdidas económicas.
- La mujer arriesga todo por un toque furtivo.
- Jairo espera contra toda esperanza.
Marcos 5 nos muestra que Jesús no solo tiene poder, sino compasión. Se detiene por una mujer anónima mientras una niña agoniza. Libera a un marginado en tierra pagana. Su reino no sigue nuestros tiempos ni prejuicios.
¿Cómo Responderás?
Como los gadarenos, ¿prefieres tu “status quo” antes que su poder transformador?
Como la mujer, ¿te acercas a él con fe audaz, aunque sea en silencio?
Como Jairo, ¿crees que él puede vencer incluso tu situación más desesperada?
Porque el Jesús de Marcos 5 sigue siendo el mismo: libertador, sanador y dador de vida. La única pregunta es: ¿Se lo permitirás?
Texto integro del Libro de la biblia Marcos capítulo: 5
Marcos 5
El endomoniado gadareno
1Vinieron al otro lado del mar, a la región de los gadarenos.
2Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo,
3que tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas.
4Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar.
5Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras.
6Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante él.
7Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes.
8Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo.
9Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos.
10Y le rogaba mucho que no los enviase fuera de aquella región.
11Estaba allí cerca del monte un gran hato de cerdos paciendo.
12Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos.
13Y luego Jesús les dio permiso. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los cerdos, los cuales eran como dos mil; y el hato se precipitó en el mar por un despeñadero, y en el mar se ahogaron.
14Y los que apacentaban los cerdos huyeron, y dieron aviso en la ciudad y en los campos. Y salieron a ver qué era aquello que había sucedido.
15Vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo.
16Y les contaron los que lo habían visto, cómo le había acontecido al que había tenido el demonio, y lo de los cerdos.
17Y comenzaron a rogarle que se fuera de sus contornos.
18Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él.
19Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti.
20Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban.
La hija de Jairo, y la mujer que tocó el manto de Jesús
21Pasando otra vez Jesús en una barca a la otra orilla, se reunió alrededor de él una gran multitud; y él estaba junto al mar.
22Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies,
23y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá.
24Fue, pues, con él; y le seguía una gran multitud, y le apretaban.
25Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre,
26y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor,
27cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto.
28Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva.
29Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote.
30Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos?
31Sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado?
32Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto.
33Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad.
34Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; vé en paz, y queda sana de tu azote.
35Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro?
36Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente.
37Y no permitió que le siguiese nadie sino Pedro, Jacobo, y Juan hermano de Jacobo.
38Y vino a casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho.
39Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme.
40Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña.
41Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate.
42Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente.
43Pero él les mandó mucho que nadie lo supiese, y dijo que se le diese de comer.
Resumen del capítulo 5 del libro de Marcos
El capítulo 5 del Evangelio según Marcos es notable por presentar una serie de eventos milagrosos que resaltan la autoridad de Jesús sobre las fuerzas espirituales, las enfermedades y hasta la muerte. Estos milagros ofrecen una poderosa demostración del poder divino de Jesús y revelan su compasión hacia aquellos que sufren.
El capítulo comienza con el encuentro de Jesús con un hombre poseído por una legión de demonios en la región de los gerasenos. Este hombre vivía entre las tumbas, a menudo atado con cadenas debido a su comportamiento violento. A pesar de sus ataduras, nadie podía contenerlo. Cuando Jesús llega a la orilla, el poseído corre hacia él y, después de un breve diálogo, los demonios son expulsados y entran en una manada de cerdos que se precipitan al mar y perecen. Este milagro asombra a los testigos y demuestra la autoridad de Jesús incluso sobre las fuerzas espirituales malignas.
Aunque los habitantes de la región se sienten temerosos y piden a Jesús que se vaya, el hombre liberado de los demonios desea seguir a Jesús. Sin embargo, Jesús le instruye que regrese a su hogar y comparta lo que Dios ha hecho por él. Este acto resalta la misión de Jesús de transformar vidas y enviar a aquellos que han experimentado su gracia para ser testigos de su poder.
La narrativa se traslada entonces a la historia de la mujer que sufría de hemorragias desde hacía doce años. Esta mujer, en un acto de fe, toca el manto de Jesús y experimenta una curación instantánea. Jesús, al percibir la fe de la mujer, la llama “hija” y la anima a ir en paz y estar libre de su aflicción. Este episodio subraya la capacidad de Jesús para sanar incluso a aquellos que lo tocan con fe, demostrando su poder y compasión hacia los que sufren.
A medida que Jesús continúa su camino, llega a la casa de Jairo, un líder de la sinagoga, cuya hija está gravemente enferma y al borde de la muerte. Aunque Jesús se dirige a la casa de Jairo, una mujer llega con la noticia de que su hija ya ha muerto. Jesús, sin embargo, anima a Jairo a tener fe y lo lleva junto con Pedro, Santiago y Juan a la casa. Allí, Jesús toma a la niña de la mano y la resucita, devolviéndola a la vida. Este milagro refleja la autoridad de Jesús sobre la muerte y su capacidad para restaurar la vida.
A lo largo de este capítulo, se destaca la constante interacción de Jesús con individuos marginados y afligidos. Ya sea liberando a un endemoniado, sanando a una mujer con hemorragias o resucitando a la hija de Jairo, Jesús se muestra como el Salvador compasivo que se preocupa por las necesidades físicas y espirituales de las personas.
En resumen, el capítulo 5 de Marcos destaca la autoridad de Jesús sobre las fuerzas espirituales, las enfermedades y la muerte. Los milagros realizados en esta sección revelan la compasión y el poder divino de Jesús, así como su deseo de restaurar y liberar a aquellos que sufren. La narrativa también subraya la importancia de la fe en la experiencia de la curación y el poder transformador de Jesús. Este capítulo contribuye a la creciente percepción de la identidad y el ministerio de Jesús, estableciendo una base sólida para los eventos subsiguientes en el Evangelio según Marcos.