Apocalipsis 5: El Cordero Inmolado y el Libro de los Siete Sellos
El capítulo 5 del Apocalipsis es uno de los pasajes más conmovedores y teológicamente profundos de la Biblia. Aquí, la atención celestial se centra en un libro sellado y en el único digno de abrirlo: el Cordero que fue inmolado. Esta visión no solo revela el plan redentor de Dios, sino también la supremacía absoluta de Cristo.
El Misterio del Libro Sellado: ¿Por Qué Nadie Podía Abrirlo?
Juan ve un libro en la mano derecha de Dios, escrito por dentro y por fuera, y sellado con siete sellos. Este rollo simboliza el decreto divino, los juicios de Dios y el cumplimiento de la historia. Pero hay un problema: nadie en el cielo, la tierra o el abismo es digno de abrirlo.
La desesperación de Juan es palpable: “Lloraba yo mucho”. ¿Por qué? Porque si el libro no se abre, el plan de redención y el gobierno justo de Dios sobre la tierra quedarían incompletos.
El León de Judá que Resulta ser un Cordero: La Paradoja de la Redención
Uno de los ancianos consuela a Juan con una revelación sorprendente:
“No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro”.
Pero cuando Juan mira, no ve un león rugiente, sino un Cordero como inmolado. Esta imagen dual es poderosa:
- Como León, Jesús es el Rey mesiánico, el vencedor prometido.
- Como Cordero, es el sacrificio perfecto que quita el pecado del mundo (Juan 1:29).
Además, el Cordero tiene siete cuernos (plenitud de poder) y siete ojos (los siete espíritus de Dios, omnisciencia divina). Solo Cristo, por su muerte y resurrección, tiene autoridad para ejecutar el plan de Dios.
La Adoración al Cordero: Una Canción Nueva por una Obra Eterna
Cuando el Cordero toma el libro, el cielo estalla en alabanza. Los seres vivientes y los ancianos se postran ante Él con:
- Arpas (adoración).
- Copas de oro llenas de incienso (las oraciones de los santos).
Entonces cantan un cántico nuevo, algo que en la Biblia siempre marca una nueva obra de Dios (Salmo 96:1, Isaías 42:10). Su letra resume el evangelio:
“Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios… y nos has hecho reyes y sacerdotes”.
Esta es la esencia del cristianismo: Cristo nos compró con su sangre y nos dio identidad y propósito.
El Coro Universal: Todo lo Creado Alaba al Cordero
La adoración no se limita a los ancianos y seres vivientes. Millones de ángeles se unen, proclamando:
“El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza”.
Finalmente, toda la creación (cielo, tierra, mar y abismo) declara:
“Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos”.
¿Qué Significa Esto para Nosotros Hoy?
- Cristo es el Centro de la Historia. El libro de los siete sellos comienza a abrirse en Apocalipsis 6, iniciando los juicios finales. Pero antes, el cielo enfatiza: todo depende del Cordero.
- La Adoración Verdadera Nace de la Redención. No adoramos a Dios por lo que hace, sino por quién es y lo que ya hizo en la cruz.
- Nuestra Identidad está en el Cordero. Él nos hizo “reyes y sacerdotes”. Esto significa acceso a Dios y autoridad en su reino.
Conclusión: ¿Estamos Viviendo a la Luz de esta Visión?
Apocalipsis 5 no es solo una escena futura; es una realidad presente. Jesús ya venció. Ya es digno. Y ya nos incluyó en su victoria.
La pregunta es: ¿Vivimos como redimidos por la sangre del Cordero? ¿Nos unimos al coro celestial, incluso ahora, proclamando su dignidad?
Como terminan los seres vivientes y los ancianos: “Amén”. Que nuestra vida diga lo mismo.
Texto integro del Libro de la biblia Apocalipsis capítulo: 5
Apocalipsis 5
El rollo y el Cordero
1Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.
2Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?
3Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo.
4Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo.
5Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.
6Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.
7Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono.
8Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos;
9y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;
10y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.
11Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones,
12que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.
13Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.
14Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos.
Resumen del capítulo 5 del libro de Apocalipsis
El capítulo 5 del Libro de Apocalipsis es un pasaje crucial que continúa desarrollando la visión celestial iniciada en el capítulo 4. Esta sección se centra en la apertura de un libro sellado con siete sellos, un libro que simboliza el plan divino para la redención y el juicio final.
La escena comienza con la visión de un rollo que está sellado con siete sellos en la mano derecha de aquel que está sentado en el trono celestial. Este libro, también conocido como el “Libro de la Vida” o “Libro de los Destinos”, contiene la revelación del plan divino para el futuro y desencadenará una serie de eventos significativos en el flujo de la historia redentora.
La pregunta clave surge en el cielo: “¿Quién es digno de abrir el libro y de desatar sus sellos?” (Apocalipsis 5:2). Nadie en el cielo, en la tierra o debajo de la tierra es encontrado digno de abrir el libro y mirar en él. Esto lleva a Juan a experimentar angustia, ya que la apertura de este rollo es crucial para el desenvolvimiento de los eventos escatológicos.
Sin embargo, uno de los ancianos consuela a Juan diciendo: “No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos” (Apocalipsis 5:5). La referencia al León de la tribu de Judá y la raíz de David apunta directamente a Jesucristo, el Mesías prometido en el Antiguo Testamento.
Lo que sigue es una imagen extraordinaria de la adoración celestial a medida que el Cordero, que es Cristo, es presentado como el único digno de abrir el libro y desatar sus sellos. Este simbolismo de Cristo como el Cordero es central en el libro de Apocalipsis y refleja su sacrificio redentor en la cruz.
Cuando el Cordero toma el libro, los seres vivientes y los ancianos se postran delante de él, cada uno sosteniendo arpas y copas de oro llenas de incienso, que representan las oraciones de los santos. Cantan un nuevo cántico, proclamando la redención y la adoración al Cordero por su obra redentora: “Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación” (Apocalipsis 5:9).
Este capítulo subraya la importancia central de Jesucristo en el plan divino de redención. El acto de abrir los sellos desencadena una serie de eventos que conducen al juicio y la consumación final de todas las cosas. Cada sello representa un aspecto del juicio divino que se despliega en la historia humana, y la apertura del séptimo sello lleva a las trompetas y copas, que se exploran en capítulos posteriores.
En resumen, el capítulo 5 de Apocalipsis es un momento clave en la visión apocalíptica, destacando la centralidad de Jesucristo como el único digno de desatar el libro sellado. Esta visión celeste resalta la obra redentora del Cordero y establece la escena para los eventos apocalípticos que se desarrollarán en los capítulos subsiguientes. La adoración a Cristo como el Cordero inmolado demuestra su papel fundamental en el plan divino para la historia y la salvación de la humanidad.