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JOB 4

JOB 4: La Respuesta de Elifaz a Job: Un Discurso Lleno de Juicio y Falsa Sabiduría

El capítulo 4 del libro de Job marca el inicio de los discursos de los amigos de Job, comenzando con Elifaz el Temanita. Sus palabras, aunque aparentemente sabias, están llenas de juicio y una teología rígida que no logra comprender la profundidad del sufrimiento de Job. En este análisis, exploraremos cada parte de su discurso, sus implicaciones y por qué su respuesta resulta tan problemática.

Elifaz Comienza con un Reconocimiento Incompleto

Elifaz inicia su discurso reconociendo el pasado de Job como consolador de otros:

“He aquí, tú enseñabas a muchos, y las manos flacas corroborabas; al que vacilaba, enderezaban tus palabras, y esforzabas las rodillas que decaían.” (Job 4:3-4)

Sin embargo, rápidamente da un giro hacia la acusación, insinuando que el sufrimiento de Job debe ser consecuencia de algún pecado oculto. Este enfoque revela una mentalidad retributiva: la creencia de que el mal solo le ocurre a los malvados y que los justos siempre prosperan.

La Acusación Velada: ¿Dónde Está Tu Fe?

Elifaz cuestiona la integridad de Job con palabras que hieren en lugar de consolar:

“¿Es este tu temor, tu confianza, tu esperanza, y la perfección de tus caminos?” (Job 4:6)

En lugar de ofrecer compasión, Elifaz sugiere que el dolor de Job es una prueba de su falta de fe. Esta actitud es común incluso hoy: cuando alguien sufre, a menudo se le cuestiona si realmente confía en Dios, como si el sufrimiento fuera un castigo o una prueba de debilidad espiritual.

La Visión Misteriosa de Elifaz: ¿Un Argumento Válido?

Elifaz intenta respaldar su argumento con una supuesta revelación divina:

“En imaginaciones de visiones nocturnas, cuando el sueño cae sobre los hombres, sobrevínome un espanto y un temblor… oí que decía: ¿Será el hombre más justo que Dios?” (Job 4:13-17)

Esta visión refuerza su creencia de que los humanos son inherentemente pecadores y que nadie puede cuestionar a Dios. Sin embargo, su interpretación es fría y legalista, ignorando el dolor legítimo de Job.

La Fragilidad Humana Según Elifaz

El discurso de Elifaz termina con una reflexión sobre la fragilidad humana:

“¡Cuánto más en los que habitan en casas de lodo, cuyo fundamento está en el polvo!” (Job 4:19)

Aunque esta afirmación es cierta en términos de nuestra mortalidad, Elifaz la usa para minimizar el dolor de Job, como si su sufrimiento no mereciera ser tomado en serio.

¿Qué Podemos Aprender de Este Capítulo?

La respuesta de Elifaz nos enseña cómo no debemos consolar a quienes sufren. En lugar de escuchar y acompañar, él juzga y sermonear. Job no necesitaba lecciones teológicas; necesitaba un amigo que estuviera a su lado en el dolor.

Este capítulo nos desafía a reflexionar: ¿Cómo respondemos ante el sufrimiento ajeno? ¿Ofrecemos respuestas fáciles o estamos dispuestos a sentarnos en el silencio y la solidaridad?

Si este análisis te ha hecho pensar en la manera en que abordamos el dolor, compártelo con alguien que pueda necesitar esta perspectiva. A veces, la mejor ayuda es simplemente estar presentes, sin juicios ni soluciones prefabricadas.

Texto integro del Libro de Job capítulo: 4
Job capítulo 4

Capítulo 4

Y RESPONDIÓ Eliphaz el Temanita, y dijo:
2 Si probáremos á hablarte, serte ha molesto; Mas ¿quién podrá detener las palabras?
3 He aquí, tú enseñabas á muchos, Y las manos flacas corroborabas;
4 Al que vacilaba, enderezaban tus palabras, Y esforzabas las rodillas que decaían.
5 Mas ahora que el mal sobre ti ha venido, te es duro; Y cuando ha llegado hasta ti, te turbas.
6 ¿Es este tu temor, tu confianza, Tu esperanza, y la perfección de tus caminos?
7 Recapacita ahora, ¿quién que fuera inocente se perdiera? Y ¿en dónde los rectos fueron cortados?
8 Como yo he visto, los que aran iniquidad Y siembran injuria, la siegan.
9 Perecen por el aliento de Dios, Y por el espíritu de su furor son consumidos.
10 El bramido del león, y la voz del león, Y los dientes de los leoncillos son quebrantados.
11 El león viejo perece por falta de presa, Y los hijos del león son esparcidos.
12 El negocio también me era á mí oculto; Mas mi oído ha percibido algo de ello.
13 En imaginaciones de visiones nocturnas, Cuando el sueño cae sobre los hombres,
14 Sobrevínome un espanto y un temblor, Que estremeció todos mis huesos:
15 Y un espíritu pasó por delante de mí, Que hizo se erizara el pelo de mi carne.
16 Paróse un fantasma delante de mis ojos, Cuyo rostro yo no conocí, Y quedo, oí que decía:
17 ¿Si será el hombre más justo que Dios? ¿Si será el varón más limpio que el que lo hizo?
18 He aquí que en sus siervos no confía, Y notó necedad en sus ángeles
19 ¡Cuánto más en los que habitan en casas de lodo, Cuyo fundamento está en el polvo, Y que serán quebrantados de la polilla!
20 De la mañana á la tarde son quebrantados, Y se pierden para siempre, sin haber quien lo considere.
21 ¿Su hermosura, no se pierde con ellos mismos? Mueren, y sin sabiduría.

Resumen del capítulo 4 del libro de Job
Texto integro del Libro de Job capítulo: 4
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