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Éxodo 34

Éxodo 34: El Renuevo del Pacto | Restauración de la Relación Divina

Al estudiar los capítulos 25 al 34 del libro de Éxodo, contemplamos un ciclo completo de revelación divina que culmina en la renovación del pacto entre Dios y su pueblo. Las segundas tablas de piedra no representan simplemente una repetición de la ley; simbolizan la restauración completa de la relación entre el Creador y su pueblo.

La Preparación Espiritual: Disposición para el Encuentro Divino

La instrucción específica de Jehová a Moisés para preparar nuevas tablas muestra que la restauración espiritual requiere disposición adecuada. El mandato de alisar las tablas representa nuestra necesidad de presentar corazones preparados para recibir la palabra de Dios. La prohibición estricta de compañía humana o animal durante el encuentro subraya la santidad del momento teofánico.

La especificación detallada de “tablas como las primeras” enseña que aunque somos restaurados por la gracia, debemos mantener los mismos estándares de santidad que originalmente se nos presentaron. La restauración no significa rebajar los requerimientos divinos sino reafirmarlos con nuevo poder.

La Proclamación Divina: Carácter Completo de Dios

La declaración de Jehová sobre su propio carácter contiene elementos fundamentales de su naturaleza. Los atributos mencionados – fuerte, misericordioso, piadoso, lento para la ira, grande en benignidad y verdad – forman un marco completo del carácter divino. Esta proclamación no es meramente descriptiva sino funcional, mostrando cómo Dios interactúa con su pueblo pecador.

El equilibrio entre justicia y misericordia se evidencia claramente: mientras perdona iniquidad, rebelión y pecado, también declara que “de ningún modo justificará al malvado.” Esta tensión entre gracia y justicia encuentra su cumplimiento perfecto en la obra redentora de Cristo.

El Renuevo del Pacto: Compromiso Renovado

Las instrucciones específicas dadas a Moisés sobre la vida pactal muestran que la restauración implica compromisos claros. Desde la observancia de las fiestas hasta las regulaciones sobre el trabajo, cada mandamiento representa un área donde el pueblo debe demostrar su lealtad renovada al Señor.

La advertencia severa contra hacer alianza con los moradores de la tierra no es exclusivismo cultural sino protección espiritual. Estas instrucciones previenen la mezcla de prácticas idólatras con el culto verdadero, manteniendo la pureza de la adoración.

El Resplandor de Moisés: Transformación Espiritual Visible

El resplandor en el rostro de Moisés después de hablar con Dios representa la transformación inevitable que resulta de la comunión con lo divino. Este fenómeno no era meramente físico sino una manifestación visible del impacto espiritual de estar en presencia de Dios.

El uso posterior del velo por Moisés establece un principio importante sobre la revelación progresiva de Dios. Mientras el pueblo no podía soportar ver continuamente el resplandor, en el Nuevo Testamento este velo es removido en Cristo, quien nos da acceso directo y continuo a Dios.

La Santificación Semanal: Reposo Sagrado

La reiteración del mandamiento sabático dentro de las instrucciones del pacto refuerza la importancia del descanso santo en la relación con Dios. Los seis días de trabajo seguidos por un día de reposo reflejan el patrón original de la creación y establecen un ritmo perpetuo de trabajo y descanso.

La especificación de actividades agrícolas particulares – arada y siega – muestra que todas las áreas de la vida deben ser santificadas mediante el descanso sabático. No se trata solo de descanso físico sino de reconocimiento semanal de la soberanía divina sobre nuestro tiempo y trabajo.

La Presencia Continua: Dios entre Su Pueblo

La promesa de que Jehová haría maravillas “que no han sido hechas en toda la tierra” establece un precedente único en la relación entre Dios y su pueblo. Estas manifestaciones especiales de poder divino no son meramente espectaculares sino signos de la presencia activa de Dios entre su pueblo.

La garantía de que ninguna nación codiciaría la tierra durante las festividades anuales demuestra la provisión divina para el cumplimiento de todos los mandamientos. Dios no solo emite requerimientos sino que provee los medios para obedecerlos sin temor.

Si este mensaje ha tocado tu corazón como ha tocado el mío al escribirlo, compártelo con otros. Hay personas en tu círculo que necesitan descubrir estas verdades eternas que pueden transformar sus vidas. Comparte este artículo y permite que otros experimenten la maravilla del Dios que desea habitar entre nosotros.

Texto integro del Libro de Éxodo capítulo: 34
Éxodo capítulo 34

Capítulo 34

Y JEHOVÁ dijo á Moisés: Alísate dos tablas de piedra como las primeras, y escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban en las tablas primeras que quebraste.
2 Apercíbete, pues, para mañana, y sube por la mañana al monte de Sinaí, y estáme allí sobre la cumbre del monte.
3 Y no suba hombre contigo, ni parezca alguno en todo el monte; ni ovejas ni bueyes pazcan delante del monte.
4 Y Moisés alisó dos tablas de piedra como las primeras; y levantóse por la mañana, y subió al monte de Sinaí, como le mandó Jehová, y llevó en su mano las dos tablas de piedra.
5 Y Jehová descendió en la nube, y estuvo allí con él, proclamando el nombre de Jehová.
6 Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: Jehová, Jehová, fuerte, misericordioso, y piadoso; tardo para la ira, y grande en benignidad y verdad;
7 Que guarda la misericordia en millares, que perdona la iniquidad, la rebelión, y el pecado, y que de ningún modo justificará al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, sobre los terceros, y sobre los cuartos.
8 Entonces Moisés, apresurándose, bajó la cabeza hacia el suelo y encorvóse;
9 Y dijo: Si ahora, Señor, he hallado gracia en tus ojos, vaya ahora el Señor en medio de nosotros; porque este es pueblo de dura cerviz; y perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y poséenos.
10 Y él dijo: He aquí, yo hago concierto delante de todo tu pueblo: haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación alguna; y verá todo el pueblo en medio del cual estás tú, la obra de Jehová; porque ha de ser cosa terrible la que yo haré contigo.
11 Guarda lo que yo te mando hoy; he aquí que yo echo de delante de tu presencia al Amorrheo, y al Cananeo, y al Hetheo, y al Pherezeo, y al Heveo, y al Jebuseo.
12 Guárdate que no hagas alianza con los moradores de la tierra donde has de entrar, porque no sean por tropezadero en medio de ti:
13 Mas derribaréis sus altares, y quebraréis sus estatuas, y talaréis sus bosques:
14 Porque no te has de inclinar á dios ajeno; que Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es.
15 Por tanto no harás alianza con los moradores de aquella tierra; porque fornicarán en pos de sus dioses, y sacrificarán á sus dioses, y te llamarán, y comerás de sus sacrificios;
16 O tomando de sus hijas para tus hijos, y fornicando sus hijas en pos de sus dioses, harán también fornicar á tus hijos en pos de los dioses de ellas.
17 No harás dioses de fundición para ti.
18 La fiesta de los ázimos guardarás: siete días comerás por leudar, según te he mandado, en el tiempo del mes de Abib; porque en el mes de Abib saliste de Egipto.
19 Todo lo que abre matriz, mío es; y de tu ganado todo primerizo de vaca ó de oveja que fuere macho.
20 Empero redimirás con cordero el primerizo del asno; y si no lo redimieres, le has de cortar la cabeza. Redimirás todo primogénito de tus hijos, y no serán vistos vacíos delante de mí.
21 Seis días trabajarás, mas en el séptimo día cesarás: cesarás aun en la arada y en la siega.
22 Y te harás la fiesta de las semanas á los principios de la siega del trigo: y la fiesta de la cosecha á la vuelta del año.
23 Tres veces en el año será visto todo varón tuyo delante del Señoreador Jehová, Dios de Israel.
24 Porque yo arrojaré las gentes de tu presencia, y ensancharé tu término: y ninguno codiciará tu tierra, cuando tú subieres para ser visto delante de Jehová tu Dios tres veces en el año.
25 No ofrecerás con leudo la sangre de mi sacrificio; ni quedará de la noche para la mañana el sacrificio de la fiesta de la pascua.
26 La primicia de los primeros frutos de tu tierra meterás en la casa de Jehová tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.
27 Y Jehová dijo á Moisés: Escribe tú estas palabras; porque conforme á estas palabras he hecho la alianza contigo y con Israel.
28 Y él estuvo allí con Jehová cuarenta días y cuarenta noches: no comió pan, ni bebió agua; y escribió en tablas las palabras de la alianza, las diez palabras.
29 Y aconteció, que descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, mientras descendía del monte, no sabía él que la tez de su rostro resplandecía, después que hubo con El hablado.
30 Y miró Aarón y todos los hijos de Israel á Moisés, y he aquí la tez de su rostro era resplandeciente; y tuvieron miedo de llegarse á él.
31 Y llamólos Moisés; y Aarón y todos los príncipes de la congregación volvieron á él, y Moisés les habló.
32 Y después se llegaron todos los hijos de Israel, á los cuales mandó todas las cosas que Jehová le había dicho en el monte de Sinaí.
33 Y cuando hubo acabado Moisés de hablar con ellos, puso un velo sobre su rostro.
34 Y cuando venía Moisés delante de Jehová para hablar con él, quitábase el velo hasta que salía; y saliendo, hablaba con los hijos de Israel lo que le era mandado;
35 Y veían los hijos de Israel el rostro de Moisés, que la tez de su rostro era resplandeciente; y volvía Moisés á poner el velo sobre su rostro, hasta que entraba á hablar con El.

Resumen del capítulo 34 del libro Éxodo

Por supuesto, aquí tienes un resumen exhaustivo del capítulo 34 del Libro de Éxodo de la Biblia:

Éxodo 34 describe un nuevo encuentro entre Moisés y Dios en el monte Sinaí, después de que Moisés rompió las tablas de la Ley en su enojo por el becerro de oro. En este encuentro, Dios revela Su nombre, características y pacto con el pueblo de Israel.

  1. Dios manda a Moisés que prepare dos nuevas tablas de piedra, como las anteriores, para recibir los mandamientos divinos.
  2. Moisés sube al monte Sinaí y espera la presencia de Dios. Dios desciende en una nube y proclama Su nombre: “El Señor, el Señor, Dios misericordioso y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia y verdad”.
  3. Dios reitera Su pacto con el pueblo de Israel, estableciendo las condiciones para su relación. Les advierte nuevamente sobre la idolatría y la necesidad de destruir los altares paganos en la Tierra Prometida.
  4. Se renueva la instrucción de guardar el sábado como día de reposo y santificación.
  5. Dios da a Moisés los Diez Mandamientos nuevamente, que incluyen prohibiciones contra la adoración de otros dioses y la fabricación de imágenes.
  6. Moisés desciende del monte con las nuevas tablas de la Ley y su rostro irradia luz debido a la presencia de Dios.
  7. Los israelitas ven a Moisés con temor debido a la luminosidad de su rostro, y Moisés les comunica los mandamientos y las instrucciones que Dios le ha dado.
  8. Moisés cubre su rostro con un velo cuando no está comunicando directamente con Dios, ya que la radiación de su rostro causa miedo en el pueblo.

En resumen, Éxodo 34 relata la restauración de la alianza entre Dios y los israelitas después de la apostasía del becerro de oro. Dios revela Su nombre y carácter, renueva los mandamientos, y Moisés desciende del monte con las tablas de la Ley renovadas. Este capítulo enfatiza la importancia de obedecer los mandamientos de Dios y la necesidad de apartarse de la idolatría para mantener la relación con Él. También muestra cómo la presencia de Dios puede transformar a las personas, como se refleja en el resplandor del rostro de Moisés.

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