Invitación Rechazada y Enseñanzas Atemporales: El Impacto de Mateo 22
El capítulo 22 de Mateo presenta una serie de confrontaciones magistrales donde Jesús desarma las trampas teológicas de sus oponentes mientras revela verdades eternas sobre el Reino. Desde una parábola explosiva sobre el rechazo a la invitación divina hasta respuestas que siguen resonando dos mil años después, este pasaje nos muestra a un Cristo como nunca antes: sabio, incisivo y profundamente revelador.
La Parábola de la Fiesta de Bodas: Cuando el Honor se Convierte en Insulto
Jesús pintó un cuadro escandaloso: un rey prepara una fastuosa boda para su hijo. Los invitados de clase alta – claramente representando a los líderes religiosos – rechazan la invitación con desprecio. Algunos se excusan con asuntos terrenales (“uno a su labranza, otro a sus negocios”), pero otros llegan al extremo de maltratar y matar a los mensajeros. La respuesta real es contundente: los rebeldes son destruidos y su ciudad quemada.
El giro radical viene después: el rey ordena invitar a “malos y buenos” de los caminos. Pero cuando un invitado se presenta sin el traje de boda adecuado (símbolo de justicia imputada), es expulsado a las tinieblas. Jesús termina con una advertencia escalofriante: “Muchos son llamados, pocos escogidos”.
Esta parábola es un triple juicio:
- Contra los que rechazan abiertamente a Cristo
- Contra los que pretenden entrar en el Reino sin la justicia de Dios
- Una advertencia para todos sobre la seriedad de la elección
El Tributo a César: La Respuesta que Cambió la Historia
Fariseos y herodianos (enemigos políticos) se unen para tenderle una trampa mortal: “¿Es lícito pagar impuestos a César?” Decir “sí” lo haría parecer colaboracionista romano; decir “no” sería sedición. Jesús, pidiendo un denario, lanza el dardo perfecto: “Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios”.
Esta respuesta:
- Establece el principio de ciudadanía dual
- Demuestra que lo político no anula lo espiritual
- Expone que llevaban monedas con la imagen del emperador (¡mientras pretendían pureza religiosa!)
Los Saduceos y la Resurrección: Una Lección de Hermenéutica Cósmica
Los saduceos (que negaban la resurrección) plantean un caso ridículo sobre una mujer que se casó sucesivamente con siete hermanos. Su pregunta: “¿De cuál será esposa en la resurrección?”
Jesús los desarma con elegancia:
- “Erráis por ignorar las Escrituras y el poder de Dios” – Señalando su error metodológico
- Explica que la resurrección transforma las relaciones humanas
- Cita Éxodo 3:6 para probar la resurrección: “Dios no es Dios de muertos, sino de vivos”
Este pasaje es un máster class en interpretación bíblica que sigue desafiando a los escépticos hoy.
El Gran Mandamiento: El Corazón de Toda Espiritualidad Genuina
Cuando un fariseo pregunta por el mandamiento más importante, Jesús sintetiza toda la Torá en dos principios:
- “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, alma y mente” (Deuteronomio 6:5)
- “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Levítico 19:18)
Agrega: “De estos dos depende toda la ley y los profetas”. Aquí Cristo:
- Reduce lo complejo a lo esencial
- Une lo vertical (Dios) con lo horizontal (prójimo)
- Provee la brújula para toda ética cristiana
La Pregunta que Silenció a los Fariseos: El Mesías como Señor de David
En un giro audaz, Jesús les pregunta: “Si el Mesías es hijo de David, ¿cómo David lo llama ‘Señor’ en el Salmo 110?”. Esta pregunta:
- Revela la naturaleza divina del Mesías
- Expone su preexistencia
- Deja mudos a sus oponentes
Es el golpe final a los que querían reducir al Mesías a un mero líder político.
Aplicación para Hoy: Tres Crisis Contemporáneas
- La crisis de prioridades – Como los invitados a la boda, muchos hoy rechazan a Cristo por cosas buenas (trabajo, familia) convertidas en ídolos.
- La crisis de identidad – El “dar a Dios lo que es de Dios” desafía nuestra lealtad dividida entre lo secular y lo sagrado.
- La crisis de autoridad – La pregunta sobre el Mesías sigue vigente: ¿Aceptamos a Jesús como Señor o solo como maestro moral?
Mateo 22 termina con un silencio elocuente. Los que vinieron a atraparlo quedaron atrapados por su sabiduría. Hoy, nosotros debemos responder: ¿Aceptaremos la invitación al banquete del Rey? ¿Vestiremos el traje de su justicia? ¿Reconoceremos al Mesías como Señor de todo? La respuesta determina nuestro destino eterno.
Texto integro del Libro de la biblia Mateo capítulo: 22
Mateo 22
Parábola de la fiesta de bodas
1Respondiendo Jesús, les volvió a hablar en parábolas, diciendo:
2El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo;
3y envió a sus siervos a llamar a los convidados a las bodas; mas éstos no quisieron venir.
4Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decid a los convidados: He aquí, he preparado mi comida; mis toros y animales engordados han sido muertos, y todo está dispuesto; venid a las bodas.
5Mas ellos, sin hacer caso, se fueron, uno a su labranza, y otro a sus negocios;
6y otros, tomando a los siervos, los afrentaron y los mataron.
7Al oírlo el rey, se enojó; y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos homicidas, y quemó su ciudad.
8Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas; mas los que fueron convidados no eran dignos.
9Id, pues, a las salidas de los caminos, y llamad a las bodas a cuantos halléis.
10Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados.
11Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda.
12Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció.
13Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
14Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.
La cuestión del tributo
15Entonces se fueron los fariseos y consultaron cómo sorprenderle en alguna palabra.
16Y le enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres.
17Dinos, pues, qué te parece: ¿Es lícito dar tributo a César, o no?
18Pero Jesús, conociendo la malicia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis, hipócritas?
19Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario.
20Entonces les dijo:¿De quién es esta imagen, y la inscripción?
21Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.
22Oyendo esto, se maravillaron, y dejándole, se fueron.
La pregunta sobre la resurrección
23Aquel día vinieron a él los saduceos, que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron,
24diciendo: Maestro, Moisés dijo: Si alguno muriere sin hijos, su hermano se casará con su mujer, y levantará descendencia a su hermano.
25Hubo, pues, entre nosotros siete hermanos; el primero se casó, y murió; y no teniendo descendencia, dejó su mujer a su hermano.
26De la misma manera también el segundo, y el tercero, hasta el séptimo.
27Y después de todos murió también la mujer.
28En la resurrección, pues, ¿de cuál de los siete será ella mujer, ya que todos la tuvieron?
29Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios.
30Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo.
31Pero respecto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os fue dicho por Dios, cuando dijo:
32Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.
33Oyendo esto la gente, se admiraba de su doctrina.
El gran mandamiento
34Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos, se juntaron a una.
35Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo:
36Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?
37Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
38Este es el primero y grande mandamiento.
39Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
40De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
¿De quién es hijo el Cristo?
41Y estando juntos los fariseos, Jesús les preguntó,
42diciendo: ¿Qué pensáis del Cristo? ¿De quién es hijo? Le dijeron: De David.
43El les dijo: ¿Pues cómo David en el Espíritu le llama Señor, diciendo:
44Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?
45Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su hijo?
46Y nadie le podía responder palabra; ni osó alguno desde aquel día preguntarle más.
Resumen del capítulo 22 del libro de Mateo
El capítulo 22 del Evangelio según Mateo es un capítulo denso que presenta una serie de enseñanzas, confrontaciones y parábolas pronunciadas por Jesús. Este capítulo destaca la importancia de la respuesta humana a la invitación divina y aborda temas cruciales como el amor, la obediencia, la autoridad y la relación entre lo secular y lo espiritual.
El capítulo comienza con la parábola de la boda real, donde un rey organiza un banquete de bodas para su hijo y envía invitaciones a numerosos huéspedes. Sin embargo, aquellos inicialmente invitados rechazan la invitación y algunos incluso maltratan y matan a los mensajeros del rey. En respuesta, el rey amplía la invitación a cualquier persona que encuentre en los cruces de los caminos, ya sean buenos o malos. La parábola ilustra la generosidad y la amplitud de la invitación de Dios al reino, así como la responsabilidad de los seres humanos de responder de manera adecuada.
A continuación, el capítulo registra una serie de preguntas y confrontaciones entre Jesús y los líderes religiosos. Los fariseos y los herodianos intentan poner a prueba a Jesús con preguntas sobre el pago de impuestos y la resurrección, pero Jesús responde sabiamente, enfatizando la necesidad de dar a Dios lo que es de Dios y a César lo que es de César. Esta respuesta subraya la coexistencia de las responsabilidades cívicas y espirituales en la vida de los creyentes.
Los saduceos, que no creen en la resurrección, presentan a Jesús un caso hipotético sobre una mujer que ha tenido siete maridos debido a la ley del levirato. Jesús responde destacando la realidad de la resurrección y la naturaleza transformadora de la vida eterna. Al hacerlo, refuta la comprensión limitada de los saduceos y señala que en la resurrección, la relación con Dios es prioritaria sobre las cuestiones matrimoniales.
Luego, un escriba pregunta a Jesús sobre cuál es el mandamiento más grande en la ley. Jesús responde citando el Shema, el credo central del monoteísmo judío, y añade el segundo mandamiento de amar al prójimo como a uno mismo. Jesús resume así toda la ley y los profetas en estos dos mandamientos, destacando la importancia del amor a Dios y al prójimo como la base de toda la ética y la moral en la vida del creyente.
En la segunda parte del capítulo, Jesús plantea una pregunta a los fariseos sobre el Mesías y su relación con David. Jesús señala que, aunque el Mesías es descendiente de David, también es su Señor, lo que implica una comprensión más profunda de la identidad y la autoridad del Mesías.
El capítulo 22 concluye con Jesús advirtiendo a sus discípulos y a la multitud sobre los escribas y fariseos, señalando su hipocresía y su búsqueda de honor y estatus. Jesús destaca la verdadera grandeza como aquella que sirve a los demás y exhorta a la multitud a no seguir el ejemplo de los líderes religiosos que buscan la gloria humana.
En resumen, el capítulo 22 de Mateo ofrece una variedad de enseñanzas y confrontaciones que abordan cuestiones fundamentales de la fe y la práctica religiosa. Las parábolas, preguntas y respuestas de Jesús revelan la amplitud de la invitación divina al reino y enfatizan la necesidad de una respuesta humana apropiada. Las enseñanzas sobre el amor a Dios y al prójimo como los mandamientos fundamentales resumen la ética cristiana. Jesús también desafía las expectativas mesiánicas convencionales, presentando una comprensión más profunda de su propia identidad y autoridad. En conjunto, el capítulo 22 destaca la importancia de la respuesta humana al llamado divino, la centralidad del amor en la vida cristiana y la necesidad de una comprensión transformadora de la fe.


