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Colosenses: 1

El Poder Transformador de Cristo en Colosenses 1: Redención, Reconciliación y Esperanza

Colosenses 1 es uno de los capítulos más profundos y teológicamente ricos de la Biblia. Escrito por el apóstol Pablo junto a Timoteo, esta carta no solo es una exhortación a los creyentes de Colosas, sino también un recordatorio poderoso de la supremacía de Cristo y su obra redentora. Si alguna vez has buscado entender el corazón del evangelio, este pasaje es un tesoro que revela la grandeza de Jesús, su papel en la creación y cómo su sacrificio nos reconcilia con Dios.

La Fe que Trasciende: La Oración de Pablo por los Colosenses

Desde las primeras líneas, Pablo expresa su gratitud por la fe de los colosenses, un testimonio vivo del poder transformador del evangelio. Él no solo les agradece, sino que también ora fervientemente para que sean llenos del “conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual” (Colosenses 1:9). Esta no es una sabiduría mundana, sino una revelación divina que nos permite vivir de manera digna, agradando a Dios en todo.

Pablo destaca tres aspectos clave en su oración:

  1. Crecimiento espiritual – No se trata solo de creer, sino de llevar fruto en buenas obras.
  2. Fortalecimiento interior – Por el poder de Dios, podemos vivir con paciencia y gozo.
  3. Gratitud por la redención – Fuimos rescatados de las tinieblas y trasladados al reino de Cristo.

Esta sección es un recordatorio de que la fe verdadera siempre se traduce en una vida transformada.

Cristo, el Centro de Todo: Su Supremacía y Reconciliación

Aquí llegamos a uno de los pasajes más majestuosos de la Biblia. Pablo describe a Jesús como “la imagen del Dios invisible” (Colosenses 1:15), afirmando su divinidad y su papel en la creación. No hay nada que exista fuera de Él: “todo fue creado por medio de él y para él” (v. 16).

Pero no solo es el Creador, también es el Sustentador: “todas las cosas en él subsisten” (v. 17). Esto significa que el universo no funciona por casualidad, sino por la soberanía de Cristo.

Sin embargo, lo más asombroso es su obra de reconciliación. Aunque éramos “enemigos en nuestra mente” (v. 21), Cristo nos reconcilió consigo mismo “mediante la sangre de su cruz” (v. 20). Este es el corazón del evangelio: Dios no nos dejó en nuestra rebelión, sino que actuó para restaurarnos.

El Misterio Revelado: Cristo en Vosotros, la Esperanza de Gloria

Pablo cierra este capítulo hablando de su ministerio: anunciar el “misterio que había estado oculto desde los siglos” (v. 26). ¿Cuál es ese misterio? “Cristo en vosotros, la esperanza de gloria” (v. 27).

Esta verdad cambia todo. No se trata de una religión de ritos externos, sino de una relación íntima con Jesús. Él no solo murió por nosotros, sino que ahora vive en nosotros, dándonos esperanza y transformándonos día a día.

Pablo trabajaba incansablemente para presentar “a todo hombre perfecto en Cristo Jesús” (v. 28). Esto no significa perfección sin errores, sino madurez espiritual, una vida arraigada en Él.

Viviendo a la Luz de Colosenses 1

Este capítulo no es solo teología profunda; es un llamado a vivir en la realidad de lo que Cristo ha hecho. Si Él es el centro de la creación, debe ser el centro de nuestras vidas. Si su sangre nos reconcilió, entonces ya no vivimos como enemigos, sino como hijos amados.

¿Cómo aplicar esto hoy?

  • Profundiza en el conocimiento de Dios – No te conformes con una fe superficial.
  • Vive agradecido por la redención – Cada día es un regalo por su gracia.
  • Deja que Cristo more en ti – No intentes cambiar por tu propia fuerza, sino por su poder.

Colosenses 1 nos muestra que el evangelio no es solo un mensaje, sino una revolución espiritual. Y esa revolución comienza cuando entendemos quién es Jesús y lo que ha hecho por nosotros.

Texto integro del Libro de la biblia Colosenses capítulo: 1

Colosenses 1
Salutación
1Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo,
2a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Pablo pide que Dios les conceda sabiduría espiritual
3Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
4habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos,
5a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio,
6que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad,
7como lo habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo para vosotros,
8quien también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu.
9Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,
10para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;
11fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad;
12con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;
13el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,
14en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.
Reconciliación por medio de la muerte de Cristo
15El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.
16Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
17Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;
18y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;
19por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,
20y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.
21Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado
22en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él;
23si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.
Ministerio de Pablo a los gentiles
24Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia;
25de la cual fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios,
26el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos,
27a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,
28a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre;
29para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.

Resumen del capítulo 1 del libro de Colosenses

El capítulo 1 de la carta a los Colosenses en la Biblia es una rica exposición teológica que presenta la supremacía de Cristo y su papel en la creación y en la iglesia. El apóstol Pablo, autor de la carta, escribe a la comunidad en Colosas para fortalecer su fe y corregir posibles desviaciones doctrinales.

El capítulo comienza con una expresión de agradecimiento y oración de Pablo por los colosenses. Agradece a Dios por su fe en Cristo Jesús y el amor que tienen por todos los santos. La acción de gracias y la oración por el crecimiento espiritual de la comunidad son temas recurrentes en las cartas de Pablo, destacando su profunda preocupación pastoral.

Pablo pasa a enfocarse en la persona de Cristo, declarando su supremacía sobre todas las cosas. Lo describe como el Hijo amado de Dios, en quien tenemos redención, el perdón de los pecados. Esta afirmación subraya la centralidad de Cristo en la obra redentora, destacando que es en él y a través de él que los creyentes encuentran reconciliación con Dios.

La sección siguiente aborda el papel cósmico de Cristo en la creación. Pablo presenta a Jesús como el Creador de todas las cosas, visibles e invisibles, ya sean tronos, dominios, principados o potestades. La idea de que todo fue creado por medio de Cristo y para Cristo destaca su posición preeminente en el universo. Esta enseñanza también refuerza la idea de que Jesús no es simplemente un maestro moral o un líder espiritual, sino el Señor sobre toda la creación.

Pablo continúa explicando el misterio que ha sido revelado a los santos: Cristo en ustedes, la esperanza de gloria. Esta revelación del misterio divino es parte fundamental del evangelio que Pablo proclama. La presencia de Cristo en los creyentes no solo les ofrece redención y perdón, sino que también les asegura una esperanza eterna y transformadora.

El apóstol expone su propio ministerio como un siervo de la iglesia, llamado por Dios para dar a conocer el misterio entre los gentiles. Pablo reconoce la importancia de su tarea y sufrimientos en la expansión del evangelio. La conexión entre el misterio divino y el llamado apostólico destaca la vitalidad y relevancia del mensaje cristiano.

La sección final del capítulo 1 destaca el anhelo de Pablo de presentar a cada hombre perfecto en Cristo Jesús. Este objetivo pastoral refleja la preocupación de Pablo por el crecimiento y la madurez espiritual de los creyentes. El apóstol trabaja con diligencia y esfuerzo, inspirado por la potencia de Dios que obra poderosamente en él.

En resumen, el capítulo 1 de Colosenses presenta una profunda y rica teología centrada en la supremacía de Cristo. Desde su papel en la creación hasta su obra redentora y su presencia transformadora en los creyentes, Jesucristo ocupa un lugar central en el pensamiento de Pablo. La carta destaca la importancia de la fe en Cristo, la obra redentora a través de su muerte en la cruz y la revelación del misterio divino. Además, muestra la preocupación pastoral de Pablo por el crecimiento espiritual de la comunidad y su anhelo de presentar a cada creyente perfecto en Cristo Jesús. En conjunto, Colosenses 1 ofrece una visión profunda y significativa de la fe cristiana centrada en la persona y la obra de Jesucristo.

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