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Apocalipsis: 10

El Misterioso Librito del Apocalipsis: Dulce en la Boca, Amargo en el Vientre

El capítulo 10 del Apocalipsis introduce un interludio dramático entre los toques de trompeta, revelando un mensaje crítico para la humanidad. Aquí, un ángel poderoso desciende con un librito abierto, y Juan recibe una orden inusual: comerlo. Este acto simbólico encierra una profunda verdad sobre la Palabra de Dios y su doble efecto en quienes la reciben.

La Aparición del Ángel Poderoso: Un Mensajero de Gloria y Juicio

El pasaje comienza con una visión impresionante:

  • Un ángel envuelto en una nube, con un arcoíris sobre su cabeza (símbolo del pacto de Dios).
  • Rostro como el sol (gloria divina) y pies como columnas de fuego (fuerza inquebrantable).
  • Pisa el mar y la tierra, mostrando dominio sobre toda la creación.

Este ángel no es uno común; su descripción recuerda a Cristo mismo (como en Apocalipsis 1), sugiriendo que podría ser una teofanía (manifestación divina). En su mano lleva un librito abierto, distinto del rollo sellado del capítulo 5. ¿Qué contiene? Profecías que pronto se cumplirán.

Los Siete Truenos y el Secreto Sellado

Cuando el ángel clama con voz de león rugiente, siete truenos responden con un mensaje misterioso. Juan, fiel a su rol, se dispone a escribirlo, pero una voz celestial lo detiene:

“Sella las cosas que los siete truenos han dicho, y no las escribas” (v. 4).

Este detalle es fascinante: hay revelaciones que Dios elige no compartir. A diferencia de Daniel, a quien se le dijo “sella el libro hasta el tiempo del fin” (Daniel 12:4), a Juan se le ordena guardar silencio absoluto. Esto nos recuerda que Dios no nos debe todas las respuestas; algunos misterios quedan en Sus manos.

El Juramento del Ángel: “El Tiempo No Será Más”

El ángel levanta su mano al cielo y jura por el Creador que:

“El tiempo no sería más, sino que en los días de la voz del séptimo ángel… el misterio de Dios se consumará” (vv. 6-7).

Esta declaración es crucial: el final está decidido. Cuando suene la séptima trompeta, el plan divino se completará. No habrá más demora; el Reino de Cristo se establecerá, y todo lo prometido se cumplirá.

Juan Debe Comer el Librito: Dulce y Amargo

Entonces, la voz celestial ordena a Juan:

“Toma el librito… y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel” (v. 9).

Juan obedece, y la experiencia es exactamente como se le advirtió: dulce al probarlo, pero amargo después de digerirlo.

¿Qué Significa Esto?

  • Dulce en la boca: La Palabra de Dios es gozosa al recibirla (Salmo 119:103). Sus promesas son esperanza para el creyente.
  • Amarga en el vientre: Pero también anuncia juicio para los impíos, lo cual duele profundamente al profeta (como en Ezequiel 3:1-3).

Este contraste refleja la doble naturaleza de la profecía: gracia para los redimidos, pero condenación para los rebeldes.

La Orden Final: “Es Necesario que Profetices Otra Vez”

Después de comer el libro, el ángel le dice a Juan:

“Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes” (v. 11).

Este mandato confirma que el mensaje del Apocalipsis es universal. No es solo para un grupo selecto; es para todo el mundo, incluyendo gobernantes y naciones.

Aplicación para Hoy: ¿Cómo Recibimos la Palabra de Dios?

Este capítulo nos desafía a reflexionar:

  1. ¿Aceptamos solo lo “dulce” del Evangelio (bendiciones, paz, amor) y rechazamos lo “amargo” (juicio, santidad, arrepentimiento)?
  2. ¿Estamos preparados para obedecer, incluso cuando el mensaje es difícil?
  3. ¿Creemos que Dios tiene el control del tiempo, aunque no entendamos Sus silencios?

El librito abierto simboliza la revelación final de Dios, que pronto se consumará. Mientras tanto, nuestra tarea es proclamar Su verdad con valentía, aunque duela.

¿Estás listo para el toque de la séptima trompeta? Cuando suene, no habrá vuelta atrás.

Texto integro del Libro de la biblia Apocalipsis capítulo: 10

Apocalipsis 10
El ángel con el librito
1Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.
2Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;
3y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces.
4Cuando los siete truenos hubieron emitido sus voces, yo iba a escribir; pero oí una voz del cielo que me decía: Sella las cosas que los siete truenos han dicho, y no las escribas.
5Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo,
6y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más,
7sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas.
8La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: Ve y toma el librito que está abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra.
9Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.
10Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre.
11Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.

Resumen del capítulo 10 del libro de Apocalipsis

El capítulo 10 de Apocalipsis presenta una visión de un ángel fuerte que desciende del cielo con un librito (pequeño libro) abierto en su mano derecha. Este ángel es descrito con gran esplendor y poder, con un rostro brillante como el sol y sus pies como columnas de fuego. La visión es acompañada por siete truenos que emiten sus voces, pero Juan recibe la orden de sellar lo que los truenos han dicho y no escribirlo.

El ángel fuerte coloca su pie derecho sobre el mar y el izquierdo sobre la tierra, simbolizando su autoridad y dominio sobre toda la creación. Él emite un grito como rugido de león y luego los siete truenos hablan. A pesar de que Juan está a punto de escribir lo que dicen, recibe la instrucción divina de sellar esas palabras y no revelarlas.

El ángel fuerte jura por aquel que vive por los siglos de los siglos que el tiempo no será más, y en los días de la séptima trompeta, cuando suene, se cumplirá el misterio de Dios, según lo anunciado a los profetas. Juan recibe la orden de tomar el librito de la mano del ángel y comérselo, lo cual representa la asimilación y la comprensión de la palabra de Dios.

La experiencia de comer el librito es descrita como dulce en la boca de Juan, pero amarga en su estómago. Este simbolismo sugiere que la revelación divina, aunque contiene promesas dulces y esperanzadoras, también incluye juicios y desafíos amargos. Juan es comisionado para profetizar nuevamente antes de muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.

Este capítulo, con su imagen del ángel fuerte y el pequeño libro, así como la experiencia de comer el libro, presenta una mezcla de simbolismos y misterios. La visión destaca la autoridad y soberanía divina sobre la historia y subraya la importancia de la revelación profética en el cumplimiento de los designios de Dios. La relación entre lo dulce y lo amargo en la experiencia de Juan refleja la complejidad de la palabra de Dios, que incluye tanto promesas de gracia como advertencias de juicio.

Es crucial destacar que este capítulo sirve como un interludio en la secuencia de las trompetas y copas, proporcionando una perspectiva más detallada sobre la revelación divina y la misión profética de Juan. La apertura del séptimo sello y la revelación de los siete truenos establecen un tono de anticipación y preparación para los eventos futuros que se desarrollarán en los capítulos subsiguientes.

En resumen, el capítulo 10 de Apocalipsis es un episodio que ofrece una visión detallada de un ángel fuerte descendiendo con un pequeño libro y la experiencia de Juan al comerlo. La combinación de imágenes simbólicas, como los siete truenos y la dulzura/amargura del libro, enfatiza la complejidad de la revelación divina. Este capítulo sirve como un puente entre las visiones de las trompetas y copas, proporcionando un contexto más amplio para comprender el plan divino y la participación del profeta Juan en su revelación.

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