Levítico 9: Un Día de Aparición Divina | La Manifestación de la Gloria de Dios
El capítulo 9 del libro de Levítico narra un evento extraordinario que marca el inicio formal del sacerdocio bajo Aarón y sus hijos. Este día no solo fue significativo para el pueblo de Israel, sino también para la historia de la relación entre Dios y su pueblo. La gloria de Jehová se manifestó de manera visible, confirmando la aceptación de los sacrificios y estableciendo un precedente eterno de reverencia y adoración.
La Preparación para el Gran Día
En el octavo día después de la consagración de Aarón y sus hijos, Moisés llamó a Aarón, a sus hijos y a los ancianos de Israel para dar comienzo a un día especial de ofrendas. Moisés instruyó a Aarón a ofrecer un becerro como expiación por sí mismo y un carnero como holocausto, ambos sin defecto. Para el pueblo, se debían ofrecer un macho cabrío como expiación, un becerro y un cordero como holocausto, además de un buey y un carnero como sacrificio de paces, junto con un presente amasado con aceite. Estas ofrendas no eran solo rituales, sino también un acto colectivo de devoción y dependencia de Dios.
El Sacrificio de Expiación por Aarón
Aarón comenzó el proceso acercándose al altar para realizar la expiación por sus propios pecados. Degolló el becerro de la expiación y, con la ayuda de sus hijos, aplicó la sangre sobre los cuernos del altar, derramando el resto al pie del mismo. Luego quemó el sebo, los riñones y el redaño del hígado sobre el altar, tal como Jehová lo había ordenado. La carne y el cuero del becerro fueron quemados fuera del campamento, simbolizando la separación completa del pecado.
El Holocausto y la Reconciliación por el Pueblo
Después de la expiación personal, Aarón procedió a ofrecer el holocausto por sí mismo y por el pueblo. Los hijos de Aarón le presentaron la sangre, que él roció alrededor del altar, y colocaron las piezas del animal y la cabeza sobre el fuego del altar. Luego lavó los intestinos y las piernas, quemándolos como parte del sacrificio. Aarón también llevó a cabo la expiación por el pueblo con el macho cabrío, siguiendo el mismo ritual que había realizado para sí mismo. Este acto subrayaba la necesidad de purificación tanto individual como colectiva.
El Sacrificio de las Paces y la Ofrenda Agitada
El clímax del día llegó con el sacrificio de paces, que incluía un buey y un carnero. Aarón roció la sangre alrededor del altar y colocó los sebos sobre los pechos y la espaldilla derecha. Estas partes fueron agitadas como ofrenda mecida delante de Jehová, un acto que simbolizaba la comunión restaurada entre Dios y su pueblo. Aarón luego bendijo al pueblo, alzando sus manos como señal de intercesión y gratitud.
La Manifestación de la Gloria de Dios
Cuando Moisés y Aarón entraron en el tabernáculo del testimonio, salieron para bendecir nuevamente al pueblo. En ese momento, ocurrió un fenómeno sobrecogedor: la gloria de Jehová se manifestó ante toda la congregación. Un fuego salió de la presencia divina y consumió el holocausto y los sebos sobre el altar. Este acto milagroso llenó de asombro a todos los presentes, quienes cayeron sobre sus rostros en adoración. La aparición de Dios confirmó que los sacrificios habían sido aceptados y que Él habitaba en medio de su pueblo.
Un Legado de Santidad y Adoración
Este capítulo subraya la importancia de la obediencia y la reverencia en la relación con Dios. Cada detalle del ritual fue diseñado para enseñar principios espirituales profundos: la necesidad de expiación, la pureza requerida para acercarse a lo sagrado y la gracia de Dios al aceptar las ofrendas de su pueblo. La manifestación de la gloria divina no solo validó el sacerdocio de Aarón, sino que también recordó al pueblo que Dios estaba presente en medio de ellos.
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Texto integro del Libro de Levítico capítulo: 9
Levítico capítulo 9
Capítulo 9
Y FUÉ en el día octavo, que Moisés llamó á Aarón y á sus hijos, y á los ancianos de Israel;
2 Y dijo á Aarón: Toma de la vacada un becerro para expiación, y un carnero para holocausto, sin defecto, y ofrécelos delante de Jehová.
3 Y á los hijos de Israel hablarás, diciendo: Tomad un macho cabrío para expiación, y un becerro y un cordero de un año, sin tacha, para holocausto;
4 Asimismo un buey y un carnero para sacrificio de paces, que inmoléis delante de Jehová; y un presente amasado con aceite: porque Jehová se aparecerá hoy á vosotros.
5 Y llevaron lo que mandó Moisés delante del tabernáculo del testimonio, y llegóse toda la congregación, y pusiéronse delante de Jehová.
6 Entonces Moisés dijo: Esto es lo que mandó Jehová; hacedlo, y la gloria de Jehová se os aparecerá.
7 Y dijo Moisés á Aarón: Llégate al altar, y haz tu expiación, y tu holocausto, y haz la reconciliación por ti y por el pueblo: haz también la ofrenda del pueblo, y haz la reconciliación por ellos; como ha mandado Jehová.
8 Entonces llegóse Aarón al altar; y degolló su becerro de la expiación que era por él.
9 Y los hijos de Aarón le trajeron la sangre; y él mojó su dedo en la sangre, y puso sobre los cuernos del altar, y derramó la demás sangre al pie del altar;
10 Y el sebo y riñones y redaño del hígado, de la expiación, hízolos arder sobre el altar; como Jehová lo había mandado á Moisés.
11 Mas la carne y el cuero los quemó al fuego fuera del real.
12 Degolló asimismo el holocausto, y los hijos de Aarón le presentaron la sangre, la cual roció él alrededor sobre el altar.
13 Presentáronle después el holocausto, á trozos, y la cabeza; é hízolos quemar sobre el altar.
14 Luego lavó los intestinos y las piernas, y quemólos sobre el holocausto en el altar.
15 Ofreció también la ofrenda del pueblo, y tomó el macho cabrío que era para la expiación del pueblo, y degollólo, y lo ofreció por el pecado como el primero.
16 Y ofreció el holocausto, é hizo según el rito.
17 Ofreció asimismo el presente, é hinchió de él su mano, y lo hizo quemar sobre el altar, además del holocausto de la mañana.
18 Degolló también el buey y el carnero en sacrificio de paces, que era del pueblo: y los hijos de Aarón le presentaron la sangre (la cual roció él sobre el altar alrededor),
19 Y los sebos del buey; y del carnero la cola con lo que cubre las entrañas, y los riñones, y el redaño del hígado:
20 Y pusieron los sebos sobre los pechos, y él quemó los sebos sobre el altar:
21 Empero los pechos, con la espaldilla derecha, meciólos Aarón por ofrenda agitada delante de Jehová; como Jehová lo había mandado á Moisés.
22 Después alzó Aarón sus manos hacia el pueblo y bendíjolos: y descendió de hacer la expiación, y el holocausto, y el sacrificio de las paces.
23 Y entraron Moisés y Aarón en el tabernáculo del testimonio; y salieron, y bendijeron al pueblo: y la gloria de Jehová se apareció á todo el pueblo.
24 Y salió fuego de delante de Jehová, y consumió el holocausto y los sebos sobre el altar; y viéndolo todo el pueblo, alabaron, y cayeron sobre sus rostros.
Resumen del capítulo 9 del libro Levítico
El capítulo 9 del libro de Levítico narra el primer día de servicio sacerdotal de Aarón y sus hijos después de su consagración en el capítulo anterior. Aquí tienes un resumen exhaustivo de este capítulo:
- Preparativos para el Día de la Consagración (Versículos 1-6): Se establece que el evento ocurre ocho días después de la consagración de Aarón y sus hijos. Moisés instruye a Aarón que ofrezca varios sacrificios, incluyendo un becerro para el pecado y un carnero para el holocausto, como parte de la ceremonia de dedicación.
- Preparación de los Sacrificios (Versículos 7-21): Aarón se prepara para ofrecer los sacrificios requeridos. Él y sus hijos siguen meticulosamente las instrucciones de Moisés. El becerro y el carnero son traídos al altar y sacrificados. La sangre se rocía en el altar y en los alrededores para purificarlo.
- Ofrenda de Paz (Versículos 22-24): Aarón ofrece una ofrenda de paz al Señor, que consiste en una oveja. Él y los líderes de Israel extienden sus manos sobre el animal como un gesto simbólico de dedicación. Aarón la mata, rocía su sangre sobre el altar y comparte la carne como una comida de comunión con los líderes.
- Bendición del Pueblo (Versículos 22-24): Aarón pronuncia una bendición sobre el pueblo de Israel como sacerdote, solicitando la bendición y la paz de Dios sobre ellos.
- La Gloria del Señor (Versículos 22-24): Después de que Aarón y Moisés realizaran todos los rituales correctamente, la gloria del Señor se manifiesta de manera espectacular en el Tabernáculo. Un fuego sale de la presencia divina y consume el holocausto y las ofrendas, lo que confirma la aceptación divina de la ceremonia y la elección de Aarón y sus hijos como sacerdotes.
- Tragedia con los Hijos de Aarón (Versículos 22-24): A pesar de la gloriosa manifestación de Dios, el capítulo concluye con una tragedia: los dos hijos mayores de Aarón, Nadab y Abihú, ofrecen “fuego extraño” ante el Señor, lo que no les fue ordenado hacer. Como resultado, un fuego divino los consume y mueren ante el Tabernáculo. Moisés instruye a Aarón y a sus hijos restantes a no lamentar públicamente la muerte de Nadab y Abihú, y a continuar con sus responsabilidades sacerdotales.
En resumen, el capítulo 9 de Levítico narra el primer día de servicio sacerdotal de Aarón y sus hijos, que incluye la preparación y ofrecimiento de sacrificios, la bendición del pueblo y la manifestación de la gloria de Dios en el Tabernáculo. Sin embargo, también registra la trágica muerte de los hijos de Aarón debido a su desobediencia en el culto divino. Este evento enfatiza la importancia de seguir estrictamente las instrucciones divinas en el servicio religioso.


