Texto integro del Libro de la biblia Malaquías capítulo: 2
Malaquías 2
Reprensión de la infidelidad de Israel
1Ahora, pues, oh sacerdotes, para vosotros es este mandamiento.
2Si no oyereis, y si no decidís de corazón dar gloria a mi nombre, ha dicho Jehová de los ejércitos, enviaré maldición sobre vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones; y aun las he maldecido, porque no os habéis decidido de corazón.
3He aquí, yo os dañaré la sementera, y os echaré al rostro el estiércol, el estiércol de vuestros animales sacrificados, y seréis arrojados juntamente con él.
4Y sabréis que yo os envié este mandamiento, para que fuese mi pacto con Leví, ha dicho Jehová de los ejércitos.
5Mi pacto con él fue de vida y de paz, las cuales cosas yo le di para que me temiera; y tuvo temor de mí, y delante de mi nombre estuvo humillado.
6La ley de verdad estuvo en su boca, e iniquidad no fue hallada en sus labios; en paz y en justicia anduvo conmigo, y a muchos hizo apartar de la iniquidad.
7Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo buscará la ley; porque mensajero es de Jehová de los ejércitos.
8Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Jehová de los ejércitos.
9Por tanto, yo también os he hecho viles y bajos ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis guardado mis caminos, y en la ley hacéis acepción de personas.
10¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos portamos deslealmente el uno contra el otro, profanando el pacto de nuestros padres?
11Prevaricó Judá, y en Israel y en Jerusalén se ha cometido abominación; porque Judá ha profanado el santuario de Jehová que él amó, y se casó con hija de dios extraño.
12Jehová cortará de las tiendas de Jacob al hombre que hiciere esto, al que vela y al que responde, y al que ofrece ofrenda a Jehová de los ejércitos.
13Y esta otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano.
14Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto.
15¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud.
16Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales.
El día del juicio se acerca
17Habéis hecho cansar a Jehová con vuestras palabras. Y decís: ¿En qué le hemos cansado? En que decís: Cualquiera que hace mal agrada a Jehová, y en los tales se complace; o si no, ¿dónde está el Dios de justicia?
Resumen del capítulo 2 del libro de Malaquías
El capítulo 2 del libro de Malaquías profundiza en las críticas divinas dirigidas a los sacerdotes y líderes religiosos de Israel, abordando específicamente sus responsabilidades y su papel en la vida espiritual de la nación. El tono del capítulo refleja la continuación del mensaje de Malaquías, que busca corregir las prácticas deficientes y despertar la conciencia espiritual del pueblo.
La primera sección del capítulo 2 se centra en la responsabilidad de los sacerdotes de enseñar la Ley y actuar como mediadores entre Dios y el pueblo. Sin embargo, en lugar de cumplir con esta función de manera honorable, los sacerdotes son acusados de haberse apartado de la senda correcta. Se menciona que han causado que muchos tropiecen con su enseñanza y han corrompido la alianza sacerdotal. La relación entre los líderes religiosos y el pueblo es crucial, y los sacerdotes son reprendidos por su falta de integridad y por ser un obstáculo en lugar de un canal claro para la verdad divina.
La acusación se extiende a la violación de la Ley de Moisés por parte de los sacerdotes, y se menciona que han mostrado favoritismo en sus juicios. La parcialidad y la corrupción en su liderazgo han debilitado la confianza del pueblo en la autoridad divina. Malaquías subraya la idea de que la instrucción y la guía espiritual deben provenir de aquellos que viven en conformidad con la voluntad de Dios, y la falta de integridad entre los líderes religiosos socava la credibilidad del mensaje divino.
La segunda sección del capítulo 2 aborda otro problema significativo: la infidelidad marital entre el pueblo de Israel. Malaquías argumenta que la infidelidad y el divorcio han pervadido la nación, y se pregunta retóricamente si Dios aceptará ofrendas de un pueblo que actúa de manera tan deshonesta en sus relaciones matrimoniales. La relación entre Dios y su pueblo se compara con un pacto matrimonial, y la infidelidad del pueblo se presenta como una violación directa de ese pacto.
Se destaca la importancia de la unidad en el matrimonio y se enfatiza que Dios busca descendencia piadosa. La infidelidad marital no solo es vista como una traición al cónyuge, sino también como una traición a la alianza con Dios. La imagen de lágrimas y llanto debido a la infidelidad refleja el dolor y la tristeza resultantes de la ruptura de relaciones y la pérdida de la bendición divina.
La tercera sección del capítulo 2 retoma la crítica a los sacerdotes y líderes religiosos, enfocándose en sus actitudes y comportamientos. Se menciona que han despreciado el pacto de Levi, refiriéndose a la alianza que Dios hizo con los levitas para que fueran sacerdotes. Esta falta de respeto hacia la alianza sacerdotal es vista como una muestra de arrogancia y desprecio hacia Dios mismo.
Malaquías también advierte sobre la llegada de un juicio divino que afectará a los sacerdotes y purificará la adoración. Se compara este juicio con el fuego purificador que refina y purifica los metales. La intención es restaurar la integridad en el liderazgo religioso y refinar la calidad de la adoración ofrecida a Dios.
En resumen, el capítulo 2 de Malaquías aborda la falta de integridad y fidelidad entre los sacerdotes y líderes religiosos de Israel, así como la generalizada infidelidad marital en la nación. La responsabilidad de los sacerdotes de enseñar la Ley y actuar como mediadores entre Dios y el pueblo es destacada, pero su falta de integridad socava esta función crucial. La violación de la Ley y la parcialidad en sus juicios debilitan la confianza del pueblo en la autoridad divina. La infidelidad marital se presenta como una violación directa del pacto con Dios y una traición a la alianza. La crítica a los sacerdotes incluye la falta de respeto hacia la alianza sacerdotal y la advertencia de un juicio purificador que restaurará la integridad en el liderazgo religioso. En conjunto, el capítulo 2 busca corregir las prácticas deficientes y despertar una conciencia espiritual más profunda en el pueblo de Israel.