Versículos clave en Youtube
| [00:00] Jeremías 32 v. 1-15 | La Profecía del Asedio y la Compra Simbólica del Campo de Hanamel |
| [02:34] Jeremías 32 v. 16-25 | Oración de Jeremías: El Reconocimiento del Poder de Dios y la Inminente Caída de Jerusalén |
| [04:14] Jeremías 32 v. 26-44 | Respuesta de Jehová: La Destrucción por el Pecado y la Promesa del Retorno y el Pacto Eterno |
Jeremías 32: La Promesa de Restauración en Tiempos de Desolación
¿Alguna vez has enfrentado circunstancias que parecen imposibles de superar, pero aún hay una chispa de esperanza en tu corazón? El capítulo 32 de Jeremías no solo presenta una acción simbólica poderosa—la compra de una tierra en medio del exilio—sino que también desnuda una verdad universal: la fidelidad de Dios trasciende los ciclos de juicio, y el pacto eterno sigue siendo la base de toda promesa. A través de un acto de fe en un momento de desesperanza, este pasaje nos invita a examinar cómo la soberanía divina se manifiesta incluso en las pruebas más oscuras. Si estás buscando entender cómo mantener la fe en medio de la adversidad, Jeremías 32 contiene principios que podrían transformar tu perspectiva.
La Compra del Campo: Un Acto de Fe en Medio de la Desolación
El capítulo comienza con un contexto histórico desgarrador: Jerusalén está bajo asedio por Babilonia, y Jeremías está preso en el patio de la cárcel (Jeremías 32:2-5). En medio de esta crisis, Dios le ordena al profeta: “Ve y compra la heredad de Hanameel, hijo de Salum tu tío” (v.7). Esta acción, aunque aparentemente absurda en un momento de guerra y destrucción, es un símbolo profético: la promesa de restauración sigue vigente, incluso cuando el juicio parece inevitable.
En versículo 9, Jeremías paga diecisiete siclos de plata por el campo en Anatot, cumpliendo la ley de rescate familiar (Levítico 25:25). Pero lo más impactante es su declaración en versículo 15: “Así ha dicho Jehová: Volverán a comprar casas, campos y viñas en esta tierra”. En un momento de ruina, Dios instruye a su pueblo a actuar como si ya estuviera restaurado. Hoy, ¿qué “campo” simbólico necesitas reclamar por fe, aunque parezca imposible? La promesa de Jeremías 32 es clara: la desolación no anula el propósito divino.
El Pacto Eterno: ¿Por Qué Dios Renueva Su Alianza?
Frente a la desesperanza, Jehová reafirma el Nuevo Pacto con imágenes poderosas. En versículo 38, Él declara: “Y serán mi pueblo, y yo seré su Dios; les daré corazón para conocerme, y yo seré Jehová”. Esta no es solo una repetición de promesas anteriores, sino una confirmación de que la relación entre Dios y su pueblo no depende de la perfección humana, sino de la fidelidad divina.
El versículo 40 es contundente: “Haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en su corazón, para que no se aparten de mí”. Esto anticipa el Nuevo Pacto en Cristo, donde la ley no está escrita en piedra, sino en el corazón (Hebreos 8:10). ¿Justificas tu distancia de Dios con frases como “ya estoy perdonado” o “Dios entiende mi situación”? La verdadera restauración no está en reformas externas, sino en un corazón transformado por el Espíritu Santo.
El Lamento de Jeremías: ¿Cómo Mantener la Fe Cuando Todo Parece Perdido?
Frente al asedio de Babilonia, Jeremías clama: “¿Por qué profetizaste que esta ciudad sería entregada en manos de los caldeos, y ahora me mandas comprar un campo?” (Jeremías 32:25). Su lamento no es desesperación, sino un grito honesto de alguien que, aunque fiel, siente el peso de un mensaje que parece contradecir la realidad.
Hoy, muchos cristianos enfrentan situaciones similares. ¿Crees que tus decisiones pasadas han destruido algo valioso que no puedes recuperar? La justicia de Dios no es inmediata, pero sí inevitable. El versículo 17 lo confirma: “¿No hay cosa imposible para mí?”. La respuesta divina a la duda no es reproche, sino recordatorio de su soberanía.
La Soberanía Divina: ¿Qué Sucede Cuando Dios Dice “Voy a Hacer una Cosa Nueva”?
A pesar del tono apocalíptico, el capítulo concluye con una promesa de renovación. En versículo 41, Jehová dice: “Me alegraré con ellos haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad”. Esta frase no solo aplica a su contexto histórico, sino a nuestra realidad espiritual. ¿Crees que tu vida está fuera de control, como si las soluciones humanas fueran insuficientes? La restauración no depende de tu perfección, sino de tu disposición a rendirte a la voluntad divina.
El versículo 33 es un anticipo del Evangelio: “Haré que vuelvan de la cautividad, y los sanaré”. La paz no está en la ausencia de problemas, sino en la certeza de que la prueba no anula la promesa.
Tu Historia No Termina Aquí: Una Promesa para Quiienes Persisten
El capítulo termina con una advertencia contundente: “Los entregaré en manos de los caldeos, y esta ciudad será consumida en llamas” (versículo 35). Esta frase no es un ultimátum, sino un recordatorio: el arrepentimiento no es una opción, sino la única puerta hacia la vida plena.
Si este mensaje te ha tocado el corazón, compártelo con alguien que necesite escucharlo. Tal vez, como el pueblo de Dios, esa persona está buscando un camino de vuelta a la única Fuente verdadera de vida.
Un Llamado a la Acción: ¿Cómo Respondes al Mensaje de Jeremías 32?
La historia de Judá no es solo un relato histórico, sino un espejo para nuestra realidad espiritual. ¿Estás enfrentando una temporada de sequedad emocional o espiritual? ¿Justificas comportamientos incorrectos con frases como “ya estoy perdonado” o “Dios entiende mi situación”? Jeremías 32 nos recuerda que la verdadera fe produce frutos de justicia, no excusas para seguir en el error.
Principios Clave de Jeremías 32:
- La fe en tiempos de prueba se demuestra con acciones concretas, como la compra de un campo sin futuro visible.
- El Nuevo Pacto no depende de tu perfección, sino de la fidelidad de Aquel que diseñó tu propósito.
- La soberanía de Dios no se limita a circunstancias, sino a su naturaleza eterna.
Si este mensaje te ha impactado, compártelo con alguien que necesite escucharlo. Tal vez, como Israel, esa persona está buscando un camino de vuelta a la única Fuente verdadera de vida.
Texto integro del Libro de la biblia Jeremías capítulo: 32
Jeremías 32
Jeremías compra la heredad de Hanameel
1Palabra de Jehová que vino a Jeremías, el año décimo de Sedequías rey de Judá, que fue el año decimoctavo de Nabucodonosor.
2Entonces el ejército del rey de Babilonia tenía sitiada a Jerusalén, y el profeta Jeremías estaba preso en el patio de la cárcel que estaba en la casa del rey de Judá.
3Porque Sedequías rey de Judá lo había puesto preso, diciendo: ¿Por qué profetizas tú diciendo: Así ha dicho Jehová: He aquí yo entrego esta ciudad en mano del rey de Babilonia, y la tomará;
4y Sedequías rey de Judá no escapará de la mano de los caldeos, sino que de cierto será entregado en mano del rey de Babilonia, y hablará con él boca a boca, y sus ojos verán sus ojos,
5y hará llevar a Sedequías a Babilonia, y allá estará hasta que yo le visite; y si peleareis contra los caldeos, no os irá bien, dice Jehová?
6Dijo Jeremías: Palabra de Jehová vino a mí, diciendo:
7He aquí que Hanameel hijo de Salum tu tío viene a ti, diciendo: Cómprame mi heredad que está en Anatot; porque tú tienes derecho a ella para comprarla.
8Y vino a mí Hanameel hijo de mi tío, conforme a la palabra de Jehová, al patio de la cárcel, y me dijo: Compra ahora mi heredad, que está en Anatot en tierra de Benjamín, porque tuyo es el derecho de la herencia, y a ti corresponde el rescate; cómprala para ti. Entonces conocí que era palabra de Jehová.
9Y compré la heredad de Hanameel, hijo de mi tío, la cual estaba en Anatot, y le pesé el dinero; diecisiete siclos de plata.
10Y escribí la carta y la sellé, y la hice certificar con testigos, y pesé el dinero en balanza.
11Tomé luego la carta de venta, sellada según el derecho y costumbre, y la copia abierta.
12Y di la carta de venta a Baruc hijo de Nerías, hijo de Maasías, delante de Hanameel el hijo de mi tío, y delante de los testigos que habían suscrito la carta de venta, delante de todos los judíos que estaban en el patio de la cárcel.
13Y di orden a Baruc delante de ellos, diciendo:
14Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Toma estas cartas, esta carta de venta sellada, y esta carta abierta, y ponlas en una vasija de barro, para que se conserven muchos días.
15Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Aún se comprarán casas, heredades y viñas en esta tierra.
16Y después que di la carta de venta a Baruc hijo de Nerías, oré a Jehová, diciendo:
17¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti;
18que haces misericordia a millares, y castigas la maldad de los padres en sus hijos después de ellos; Dios grande, poderoso, Jehová de los ejércitos es su nombre;
19grande en consejo, y magnífico en hechos; porque tus ojos están abiertos sobre todos los caminos de los hijos de los hombres, para dar a cada uno según sus caminos, y según el fruto de sus obras.
20Tú hiciste señales y portentos en tierra de Egipto hasta este día, y en Israel, y entre los hombres; y te has hecho nombre, como se ve en el día de hoy.
21Y sacaste a tu pueblo Israel de la tierra de Egipto con señales y portentos, con mano fuerte y brazo extendido, y con terror grande;
22y les diste esta tierra, de la cual juraste a sus padres que se la darías, la tierra que fluye leche y miel;
23y entraron, y la disfrutaron; pero no oyeron tu voz, ni anduvieron en tu ley; nada hicieron de lo que les mandaste hacer; por tanto, has hecho venir sobre ellos todo este mal.
24He aquí que con arietes han acometido la ciudad para tomarla, y la ciudad va a ser entregada en mano de los caldeos que pelean contra ella, a causa de la espada, del hambre y de la pestilencia; ha venido, pues, a suceder lo que tú dijiste, y he aquí lo estás viendo.
25¡Oh Señor Jehová! ¿y tú me has dicho: Cómprate la heredad por dinero, y pon testigos; aunque la ciudad sea entregada en manos de los caldeos?
26Y vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo:
27He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?
28Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí voy a entregar esta ciudad en mano de los caldeos, y en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, y la tomará.
29Y vendrán los caldeos que atacan esta ciudad, y la pondrán a fuego y la quemarán, asimismo las casas sobre cuyas azoteas ofrecieron incienso a Baal y derramaron libaciones a dioses ajenos, para provocarme a ira.
30Porque los hijos de Israel y los hijos de Judá no han hecho sino lo malo delante de mis ojos desde su juventud; porque los hijos de Israel no han hecho más que provocarme a ira con la obra de sus manos, dice Jehová.
31De tal manera que para enojo mío y para ira mía me ha sido esta ciudad desde el día que la edificaron hasta hoy, para que la haga quitar de mi presencia,
32por toda la maldad de los hijos de Israel y de los hijos de Judá, que han hecho para enojarme, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes y sus profetas, y los varones de Judá y los moradores de Jerusalén.
33Y me volvieron la cerviz, y no el rostro; y cuando los enseñaba desde temprano y sin cesar, no escucharon para recibir corrección.
34Antes pusieron sus abominaciones en la casa en la cual es invocado mi nombre, contaminándola.
35Y edificaron lugares altos a Baal, los cuales están en el valle del hijo de Hinom, para hacer pasar por el fuego sus hijos y sus hijas a Moloc; lo cual no les mandé, ni me vino al pensamiento que hiciesen esta abominación, para hacer pecar a Judá.
36Y con todo, ahora así dice Jehová Dios de Israel a esta ciudad, de la cual decís vosotros: Entregada será en mano del rey de Babilonia a espada, a hambre y a pestilencia:
37He aquí que yo los reuniré de todas las tierras a las cuales los eché con mi furor, y con mi enojo e indignación grande; y los haré volver a este lugar, y los haré habitar seguramente;
38y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios.
39Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos.
40Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí.
41Y me alegraré con ellos haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma.
42Porque así ha dicho Jehová: Como traje sobre este pueblo todo este gran mal, así traeré sobre ellos todo el bien que acerca de ellos hablo.
43Y poseerán heredad en esta tierra de la cual vosotros decís: Está desierta, sin hombres y sin animales, es entregada en manos de los caldeos.
44Heredades comprarán por dinero, y harán escritura y la sellarán y pondrán testigos, en tierra de Benjamín y en los contornos de Jerusalén, y en las ciudades de Judá; y en las ciudades de las montañas, y en las ciudades de la Sefela, y en las ciudades del Neguev; porque yo haré regresar sus cautivos, dice Jehová.
Resumen del capítulo 32 del libro de Jeremías
El capítulo 32 del libro de Jeremías presenta un relato fascinante que involucra una transacción inusual realizada por el profeta Jeremías en medio de la situación crítica de Jerusalén. Este capítulo destaca la intersección entre la fe, la obediencia, y la soberanía de Dios, y ofrece lecciones valiosas sobre la confianza en medio de las circunstancias aparentemente desfavorables. A continuación, se presenta un resumen general del capítulo 32 de Jeremías:
Resumen del Capítulo 32 de Jeremías:
1. Contexto Histórico (Versículos 1-5):
El capítulo comienza situando la narrativa en el décimo año del reinado de Sedequías, cuando Jerusalén estaba sitiada por el ejército babilónico. En este momento, Jeremías estaba en prisión debido a sus profecías impopulares y sus advertencias sobre la destrucción inminente.
2. La Compra del Campo (Versículos 6-15):
En medio del asedio, Dios le dice a Jeremías que su primo Hanameel vendría a ofrecerle la oportunidad de comprar un campo en Anatot, la ciudad natal de Jeremías. Este acto aparentemente irracional se presenta como una demostración práctica de la fe de Jeremías en la fidelidad de Dios a Sus promesas, incluso cuando la tierra estaba a punto de ser entregada a los babilonios. Jeremías obedece y compra el campo.
3. Oración de Jeremías (Versículos 16-25):
Jeremías, profundamente conmovido por la revelación divina y por la oportunidad de compra en circunstancias tan difíciles, ofrece una oración poderosa a Dios. Reconoce la grandeza de Dios en la creación y en la ejecución de juicios, y expresa su asombro ante la sabiduría divina que a menudo es incomprendida por la humanidad. Jeremías destaca la promesa de que Dios restaurará a Israel y les dará un corazón para conocerlo.
4. Palabra de Dios a Jeremías (Versículos 26-35):
Dios responde a la oración de Jeremías, confirmando la destrucción de Jerusalén debido a la incredulidad y maldad del pueblo. Sin embargo, también enfatiza Su compromiso de redimir y restaurar a Israel en el futuro. Dios declara que, a pesar de la destrucción inminente, la ciudad será restaurada y las promesas divinas se cumplirán.
5. El Pacto con Dios (Versículos 36-44):
El capítulo concluye con una descripción de la palabra de Dios a Jeremías con respecto al campo que compró. Dios revela que, aunque la tierra está a punto de ser entregada a los caldeos, habrá un tiempo en el que se comprarán campos en la tierra de Israel. Esta declaración enfatiza la promesa de restauración y la fidelidad a largo plazo de Dios a pesar de las circunstancias inmediatas.
Conclusiones y Enseñanzas:
El capítulo 32 de Jeremías presenta varias lecciones fundamentales:
1. La Fe Práctica y la Obediencia Radical:
La compra del campo por parte de Jeremías en medio de un asedio y la inminente destrucción de Jerusalén es un ejemplo de fe práctica y obediencia radical. Jeremías actúa de acuerdo con la dirección de Dios, incluso cuando la lógica humana sugiere lo contrario. Esta acción simboliza la confianza en la fidelidad divina más allá de las circunstancias aparentemente desfavorables.
2. La Oración como Respuesta a la Revelación Divina:
La oración de Jeremías en respuesta a la revelación divina destaca la conexión íntima entre la comprensión de la soberanía de Dios y la respuesta humana en oración. Jeremías no solo recibe la palabra de Dios pasivamente, sino que también responde con una profunda intercesión y reflexión.
3. El Juicio y la Promesa de Restauración:
El capítulo equilibra la realidad del juicio divino sobre Jerusalén con la promesa inmutable de restauración. Mientras se reconoce la gravedad de los pecados del pueblo y la consecuente disciplina de Dios, la esperanza de la restauración persiste como una constante en el mensaje divino.
4. La Incomprensibilidad de la Sabiduría Divina:
La oración de Jeremías refleja la humildad del profeta al reconocer la incomprensibilidad de la sabiduría divina. Aunque el hombre puede no entender completamente los caminos de Dios, Jeremías confía en la justicia y la bondad del Señor.
5. La Continuidad del Pacto y las Promesas de Dios:
A pesar de la inminente destrucción, Dios enfatiza la continuidad de Su pacto con Israel y Su compromiso de redimir y restaurar. La compra del campo y la promesa de que se comprarán tierras en el futuro señalan la fidelidad de Dios más allá de las circunstancias presentes.
6. El Cumplimiento en Cristo:
Para muchos cristianos, la compra del campo por Jeremías y las promesas de restauración encuentran un cumplimiento espiritual y redentor en la obra de Jesucristo. El Nuevo Testamento revela cómo Cristo es la culminación de las promesas divinas y el cumplimiento del nuevo pacto.
En resumen, el capítulo 32 de Jeremías presenta un relato poderoso que destaca la fe práctica, la obediencia radical y la respuesta en oración frente a las dificultades. A través de la compra del campo y las palabras de Dios, se revela la fidelidad continua de Dios a Su pacto, incluso en medio del juicio y la destrucción inminente. Esta narrativa sigue siendo un recordatorio inspirador de la confianza en la soberanía divina y la esperanza en las promesas de restauración y redención.


