Texto integro del Libro de la biblia Isaías capítulo: 43
Isaías 44
Jehová es el único Dios
1Ahora pues, oye, Jacob, siervo mío, y tú, Israel, a quien yo escogí.
2Así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío Jacob, y tú, Jesurún, a quien yo escogí.
3Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos;
4y brotarán entre hierba, como sauces junto a las riberas de las aguas.
5Este dirá: Yo soy de Jehová; el otro se llamará del nombre de Jacob, y otro escribirá con su mano: A Jehová, y se apellidará con el nombre de Israel.
6Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios.
7¿Y quién proclamará lo venidero, lo declarará, y lo pondrá en orden delante de mí, como hago yo desde que establecí el pueblo antiguo? Anúncienles lo que viene, y lo que está por venir.
8No temáis, ni os amedrentéis; ¿no te lo hice oír desde la antigüedad, y te lo dije? Luego vosotros sois mis testigos. No hay Dios sino yo. No hay Fuerte; no conozco ninguno.
La insensatez de la idolatría
9Los formadores de imágenes de talla, todos ellos son vanidad, y lo más precioso de ellos para nada es útil; y ellos mismos son testigos para su confusión, de que los ídolos no ven ni entienden.
10¿Quién formó un dios, o quién fundió una imagen que para nada es de provecho?
11He aquí que todos los suyos serán avergonzados, porque los artífices mismos son hombres. Todos ellos se juntarán, se presentarán, se asombrarán, y serán avergonzados a una.
12El herrero toma la tenaza, trabaja en las ascuas, le da forma con los martillos, y trabaja en ello con la fuerza de su brazo; luego tiene hambre, y le faltan las fuerzas; no bebe agua, y se desmaya.
13El carpintero tiende la regla, lo señala con almagre, lo labra con los cepillos, le da figura con el compás, lo hace en forma de varón, a semejanza de hombre hermoso, para tenerlo en casa.
14Corta cedros, y toma ciprés y encina, que crecen entre los árboles del bosque; planta pino, que se críe con la lluvia.
15De él se sirve luego el hombre para quemar, y toma de ellos para calentarse; enciende también el horno, y cuece panes; hace además un dios, y lo adora; fabrica un ídolo, y se arrodilla delante de él.
16Parte del leño quema en el fuego; con parte de él come carne, prepara un asado, y se sacia; después se calienta, y dice: ¡Oh! me he calentado, he visto el fuego;
17y hace del sobrante un dios, un ídolo suyo; se postra delante de él, lo adora, y le ruega diciendo: Líbrame, porque mi Dios eres tú.
18No saben ni entienden; porque cerrados están sus ojos para no ver, y su corazón para no entender.
19No discurre para consigo, no tiene sentido ni entendimiento para decir: Parte de esto quemé en el fuego, y sobre sus brasas cocí pan, asé carne, y la comí. ¿Haré del resto de él una abominación? ¿Me postraré delante de un tronco de árbol?
20De ceniza se alimenta; su corazón engañado le desvía, para que no libre su alma, ni diga: ¿No es pura mentira lo que tengo en mi mano derecha?
Jehová es el Redentor de Israel
21Acuérdate de estas cosas, oh Jacob, e Israel, porque mi siervo eres. Yo te formé, siervo mío eres tú; Israel, no me olvides.
22Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí.
23Cantad loores, oh cielos, porque Jehová lo hizo; gritad con júbilo, profundidades de la tierra; prorrumpid, montes, en alabanza; bosque, y todo árbol que en él está; porque Jehová redimió a Jacob, y en Israel será glorificado.
24Así dice Jehová, tu Redentor, que te formó desde el vientre: Yo Jehová, que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra por mí mismo;
25que deshago las señales de los adivinos, y enloquezco a los agoreros; que hago volver atrás a los sabios, y desvanezco su sabiduría.
26Yo, el que despierta la palabra de su siervo, y cumple el consejo de sus mensajeros; que dice a Jerusalén: Serás habitada; y a las ciudades de Judá: Reconstruidas serán, y sus ruinas reedificaré;
27que dice a las profundidades: Secaos, y tus ríos haré secar;
28que dice de Ciro: Es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a Jerusalén: Serás edificada; y al templo: Serás fundado.
Resumen del capítulo 43 del libro de Isaías
El capítulo 43 de Isaías es una continuación del mensaje de consuelo y redención dirigido al pueblo de Israel. Este capítulo destaca la fidelidad de Dios a pesar de las transgresiones del pueblo. A continuación, se presenta un resumen estructurado:
Resumen del Libro de Isaías, Capítulo 43
Introducción:
El capítulo 43 comienza con una declaración de redención por parte de Dios. Él creó a Israel, lo formó y lo llama por su nombre. A pesar de los desafíos y las transgresiones del pueblo, Dios se mantiene fiel a su promesa de redimirlos.
Versículos 1-7: Redención y protección divina:
Dios consuela a Israel, indicándoles que Él los ha redimido y los llama por su nombre. Atravesarán aguas profundas y ríos sin ser ahogados, y pasarán por el fuego sin ser quemados. Son preciosos a los ojos de Dios. La redención de Israel no se basa en su propia justicia, sino en el amor y fidelidad de Dios.
Versículos 8-13: Testigos de la fidelidad de Dios:
Dios desafía a las naciones a presentar a sus testigos y argumentos, pero solo Él es el testigo verdadero de la historia de Israel. Él es el único Dios, y nadie puede detener su obra redentora. Dios declara que antes de Él no hubo dios formado, ni lo habrá después de Él.
Versículos 14-21: Dios, el único Salvador:
Dios reprocha a Israel por no haberle invocado ni haber traído ofrendas. Sin embargo, Él no los condena eternamente. Dios declara que ha hecho cosas nuevas, y abrirá caminos en el desierto y ríos en lugares desiertos. Aunque el pueblo de Israel parece haberse olvidado de Dios, Él sigue siendo su único Salvador.
Versículos 22-28: Transgresiones y llamado al arrepentimiento:
Israel ha cargado a Dios con sus pecados y transgresiones, pero Dios se ofrece a borrar sus pecados por amor a sí mismo. Sin embargo, les insta al arrepentimiento y les recuerda que Él no se olvida de sus pecados. Israel debe reconocer su rebelión y volverse de nuevo a Dios.
Conclusión:
El capítulo 43 de Isaías presenta un mensaje de redención, protección y fidelidad divina hacia el pueblo de Israel. A pesar de las transgresiones del pueblo, Dios se presenta como el único Salvador, dispuesto a hacer cosas nuevas y a perdonar por amor a sí mismo. Este capítulo refuerza el tema de la fidelidad divina y el llamado al arrepentimiento como respuesta a la gracia ofrecida por Dios. La relación entre Dios e Israel se caracteriza por el amor y la redención.