Texto integro del Libro de la biblia Ezequiel capítulo: 15
Ezequiel 15
Jerusalén es como una vid inútil
1Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
2Hijo de hombre, ¿qué es la madera de la vid más que cualquier otra madera? ¿Qué es el sarmiento entre los árboles del bosque?
3¿Tomarán de ella madera para hacer alguna obra? ¿Tomarán de ella una estaca para colgar en ella alguna cosa?
4He aquí, es puesta en el fuego para ser consumida; sus dos extremos consumió el fuego, y la parte de en medio se quemó; ¿servirá para obra alguna?
5He aquí que cuando estaba entera no servía para obra alguna; ¿cuánto menos después que el fuego la hubiere consumido, y fuere quemada? ¿Servirá más para obra alguna?
6Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Como la madera de la vid entre los árboles del bosque, la cual di al fuego para que la consumiese, así haré a los moradores de Jerusalén.
7Y pondré mi rostro contra ellos; aunque del fuego se escaparon, fuego los consumirá; y sabréis que yo soy Jehová, cuando pusiere mi rostro contra ellos.
8Y convertiré la tierra en asolamiento, por cuanto cometieron prevaricación, dice Jehová el Señor.
Resumen del capítulo 15 del libro de Ezequiel
El capítulo 15 del Libro de Ezequiel presenta una breve pero poderosa alegoría utilizando la imagen de la vid y las ramas quemadas. A través de esta alegoría, el profeta transmite un mensaje profundo sobre la relación de Israel con Dios y la consecuencia de su infidelidad.
La alegoría comienza con una pregunta retórica: “¿Qué es más fuerte que la madera de la vid?” Ezequiel presenta la imagen de una vid, una metáfora frecuente en la Biblia para describir la relación de Israel con Dios. La vid es considerada como una elección particular, una planta especial plantada por Dios en su viña.
Sin embargo, la atención se centra en las ramas de la vid, que en este caso, son inútiles para cualquier trabajo práctico. A diferencia de otras maderas, como la de un árbol en el bosque que podría usarse para fabricar utensilios o construir algo útil, las ramas de la vid son inservibles. Ezequiel destaca esta aparente inutilidad para resaltar la expectativa de que, debido a la elección especial de Dios de Israel, debería haber producido frutos significativos en términos de obediencia y fidelidad.
La alegoría continúa al describir la inutilidad de las ramas de la vid incluso para ser arrojadas al fuego. Aunque algunas maderas inútiles podrían utilizarse al menos como leña, las ramas de la vid son tan inservibles que ni siquiera son adecuadas para el fuego. Esta imagen simboliza la falta de valor o provecho que Dios encuentra en la infidelidad de Israel.
La clave de la alegoría se encuentra en el versículo 6, donde Dios declara: “Yo he puesto el fuego en la madera, y la madera ha sido consumida por el fuego”. Aquí, se señala la acción divina de iniciar el juicio sobre la vid inútil. El fuego representa el juicio divino y la consecuencia inevitable de la infidelidad de Israel.
La alegoría de la vid y las ramas inútiles se conecta con la relación más amplia de Israel con Dios. La elección especial de Dios de Israel debería haber llevado a la nación a producir frutos de justicia, obediencia y fidelidad. Sin embargo, la nación ha sido infiel, y en lugar de producir frutos, se ha vuelto inútil y merece el juicio divino.
Este capítulo refleja la constante preocupación de los profetas bíblicos sobre la importancia de la fidelidad y la obediencia del pueblo de Dios. La alegoría de la vid y las ramas inútiles resalta la responsabilidad de Israel de vivir de acuerdo con su llamado y elección divina. La imagen del fuego consumiendo la madera señala la seriedad del juicio divino que enfrenta Israel debido a su infidelidad persistente.
En resumen, el capítulo 15 de Ezequiel presenta una poderosa alegoría utilizando la imagen de la vid y las ramas inútiles para transmitir el mensaje de la responsabilidad de Israel hacia Dios y las consecuencias de su falta de fidelidad. La imagen de la vid inútil que no produce frutos útiles destaca la decepción divina y la inevitabilidad del juicio. Este capítulo sirve como un recordatorio vívido de la importancia de vivir de acuerdo con la elección y el llamado divinos, resaltando la responsabilidad de responder a la gracia y la elección de Dios con fidelidad y obediencia.