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Josué 7

Josué 7: El Pecado de Acán y la Consecuencia del Desobediencia

En este capítulo del libro de Josué, observamos cómo el pecado de un solo hombre, Acán, afectó a toda la nación de Israel. Este relato subraya la importancia de la obediencia total a Dios, las consecuencias del desobediencia y cómo el pecado debe ser confrontado y purgado para restaurar la comunión con Dios. A través de estos eventos, encontramos principios espirituales que destacan la necesidad de integridad, responsabilidad personal y la seriedad de vivir bajo la autoridad divina.

La Derrota en Hai

El texto describe cómo Israel sufrió una derrota inesperada en su intento de conquistar la ciudad de Hai. Un pequeño grupo de hombres de Hai persiguió a los israelitas, causando treinta y seis muertes y sembrando temor en todo el pueblo. Esto fue un evento sorprendente, ya que Israel había experimentado una victoria completa en Jericó bajo la dirección divina.

Josué y los ancianos se postraron ante el Señor, clamando por una explicación. Entonces, Dios reveló que alguien en Israel había tomado parte del anatema (lo que estaba consagrado para destrucción) y lo había guardado para sí, violando así la orden divina dada después de la caída de Jericó.

Este episodio refleja cómo el pecado individual puede tener repercusiones colectivas. El acto desobediente de Acán no solo lo afectó a él, sino también a toda la comunidad, mostrando que nuestras acciones tienen un impacto más allá de nosotros mismos.

La Confesión de Acán

Dios instruyó a Josué para que reuniera a todas las tribus y determinara quién era responsable del pecado. A través de un proceso sistemático de eliminación, guiado por Dios, se identificó a Acán como el culpable. Cuando fue confrontado por Josué, Acán confesó abiertamente su pecado:

“Verdaderamente yo he pecado contra Jehová el Dios de Israel, y he hecho así y así: vi entre los despojos una buena capa de Senaar, y doscientos siclos de plata, y una barra de oro de cincuenta siclos de peso, y los codicié, y los tomé; y he aquí están escondidos en la tierra dentro de mi tienda, y la plata debajo.”

Esta confesión reveló cómo la codicia llevó a Acán a desobedecer el mandamiento divino de consagrar todo en Jericó al Señor. En lugar de confiar en la provisión de Dios, Acán actuó impulsado por su deseo egoísta.

El Juicio Sobre Acán

La consecuencia del pecado de Acán fue severa. Él y toda su familia, junto con sus posesiones, fueron llevados al Valle de Acor, donde fueron apedreados y quemados por el pueblo. Este juicio sirvió como una advertencia solemne sobre la seriedad de desobedecer a Dios y la necesidad de mantener la santidad en Su pueblo.

Sin embargo, el castigo no fue solo un acto de justicia, sino también una lección redentora. Después de ejecutar el juicio, el Señor “se tornó de la ira de su furor,” indicando que la relación entre Dios e Israel fue restaurada. Este episodio demuestra que el pecado debe ser tratado con seriedad, pero también que la purificación abre el camino para la restauración.

Lecciones sobre Obediencia y Responsabilidad

Este capítulo nos enseña importantes principios espirituales aplicables a nuestra vida diaria:

  1. La Importancia de la Obediencia Total: La bendición de Dios depende de nuestra disposición a seguir Sus instrucciones sin compromisos.
  2. Las Consecuencias del Pecado: El pecado no solo afecta al individuo, sino también a la comunidad, subrayando la necesidad de vivir en santidad.
  3. La Necesidad de Confesar y Arrepentirse: La confesión sincera abre la puerta para la restauración, aunque las consecuencias del pecado deben enfrentarse.
  4. La Seriedad del Llamado a la Santidad: Dios exige pureza y fidelidad de Su pueblo, recordándonos que somos llamados a ser santos como Él es santo.

Te invito a compartir este estudio con otros creyentes interesados en comprender mejor el ejemplo de Acán y cómo podemos aplicar estos principios en nuestras vidas. Al difundir estas verdades, ayudamos a otros a aprender de la sabiduría bíblica y comprometerse más profundamente con el servicio divino.

Texto integro del Libro de Josué capítulo: 7
Josué capítulo 7

Capítulo 7

EMPERO los hijos de Israel cometieron prevaricación en el anatema: porque Achân, hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá, tomó del anatema; y la ira de Jehová se encendió contra los hijos de Israel.
2 Y Josué envió hombres desde Jericó á Hai, que estaba junto á Beth-aven hacia el oriente de Beth-el; y hablóles diciendo: Subid, y reconoced la tierra. Y ellos subieron, y reconocieron á Hai.
3 Y volviendo á Josué, dijéronle: No suba todo el pueblo, mas suban como dos mil ó como tres mil hombres, y tomarán á Hai: no fatigues á todo el pueblo allí, porque son pocos.
4 Y subieron allá del pueblo como tres mil hombres, los cuales huyeron delante de los de Hai.
5 Y los de Hai hirieron de ellos como treinta y seis hombres, y siguiéronlos desde la puerta hasta Sebarim, y los rompieron en la bajada: por lo que se disolvió el corazón del pueblo, y vino á ser como agua.
6 Entonces Josué rompió sus vestidos, y postróse en tierra sobre su rostro delante del arca de Jehová hasta la tarde, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas.
7 Y Josué dijo: ¡Ah, Señor Jehová! ¿Por qué hiciste pasar á este pueblo el Jordán, para entregarnos en las manos de los Amorrheos, que nos destruyan? ¡Ojalá nos hubiéramos quedado de la otra parte del Jordán!
8 ¡Ay Señor! ¿qué diré, ya que Israel ha vuelto las espaldas delante de sus enemigos?
9 Porque los Cananeos y todos los moradores de la tierra oirán, y nos cercarán, y raerán nuestro nombre de sobre la tierra: entonces ¿qué harás tú á tu grande nombre?
10 Y Jehová dijo á Josué: Levántate; ¿por qué te postras así sobre tu rostro?
11 Israel ha pecado, y aun han quebrantado mi pacto que yo les había mandado; pues aun han tomado del anatema, y hasta han hurtado, y también han mentido, y aun lo han guardado entre sus enseres.
12 Por esto los hijos de Israel no podrán estar delante de sus enemigos, sino que delante de sus enemigos volverán las espaldas; por cuanto han venido á ser anatema: ni seré más con vosotros, si no destruyereis el anatema de en medio de vosotros.
13 Levántate, santifica al pueblo, y di: Santificaos para mañana, porque Jehová el Dios de Israel dice así: Anatema hay en medio de ti, Israel; no podrás estar delante de tus enemigos, hasta tanto que hayáis quitado el anatema de en medio de vosotros.
14 Os allegaréis, pues, mañana por vuestras tribus; y la tribu que Jehová tomare, se allegará por sus familias; y la familia que Jehová tomare, se allegará por sus casas; y la casa que Jehová tomare, allegaráse por los varones;
15 Y el que fuere cogido en el anatema, será quemado á fuego, él y todo lo que tiene, por cuanto ha quebrantado el pacto de Jehová, y ha cometido maldad en Israel.
16 Josué, pues, levantándose de mañana, hizo allegar á Israel por sus tribus; y fué tomada la tribu de Judá;
17 Y haciendo allegar la tribu de Judá, fué tomada la familia de los de Zera; haciendo luego allegar la familia de los de Zera por los varones, fué tomado Zabdi;
18 E hizo allegar su casa por los varones, y fué tomado Achân, hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá.
19 Entonces Josué dijo á Achân: Hijo mío, da gloria ahora á Jehová el Dios de Israel, y dale alabanza, y declárame ahora lo que has hecho; no me lo encubras.
20 Y Achân respondió á Josué, diciendo: Verdaderamente yo he pecado contra Jehová el Dios de Israel, y he hecho así y así:
21 Que vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un changote de oro de peso de cincuenta siclos; lo cual codicié, y tomé: y he aquí que está escondido debajo de tierra en el medio de mi tienda, y el dinero debajo de ello.
22 Josué entonces envió mensajeros, los cuales fueron corriendo á la tienda; y he aquí estaba escondido en su tienda, y el dinero debajo de ello:
23 Y tomándolo de en medio de la tienda, trajéronlo á Josué y á todos los hijos de Israel, y pusiéronlo delante de Jehová.
24 Entonces Josué, y todo Israel con él, tomó á Achân hijo de Zera, y el dinero, y el manto, y el changote de oro, y sus hijos, y sus hijas, y sus bueyes, y sus asnos, y sus ovejas, y su tienda, y todo cuanto tenía, y lleváronlo todo al valle de Achôr;
25 Y dijo Josué: ¿Por qué nos has turbado? Túrbete Jehová en este día. Y todos los Israelitas los apedrearon, y los quemaron á fuego, después de apedrearlos con piedras;
26 Y levantaron sobre él un gran montón de piedras, hasta hoy. Y Jehová se tornó de la ira de su furor. Y por esto fué llamado aquel lugar el Valle de Achôr, hasta hoy.

Resumen del capítulo 7 del libro de Josué

El capítulo 7 del Libro de Josué narra un acontecimiento crucial que sigue a la victoria en Jericó y que tiene consecuencias significativas para los israelitas en su conquista de la tierra prometida. A continuación, se presenta un resumen exhaustivo del capítulo 7:

  1. El pecado de Acán: Después de la victoria en Jericó, Josué envía a un grupo pequeño de hombres para que investiguen la ciudad de Hai, una ciudad más pequeña que Jericó. Sin embargo, estos hombres son derrotados en su intento de conquistar Hai, lo que sorprende y angustia a Josué y al pueblo de Israel.
  2. La búsqueda de la causa: Josué, en busca de respuestas, se postra ante el Señor y le pregunta por qué los israelitas sufrieron una derrota en Hai. El Señor le revela que ha habido pecado en el campamento de Israel y que este pecado es la causa de la derrota. El Señor le ordena a Josué que descubra quién ha pecado.
  3. La confesión de Acán: Josué inicia una investigación tribal, y finalmente, la tribu de Judá es señalada. Luego, Josué estrecha la búsqueda hacia familias y, finalmente, hacia el hombre responsable. Se descubre que un hombre llamado Acán de la tribu de Judá había desobedecido las instrucciones divinas. Durante la toma de Jericó, Acán había tomado prendas de vestir, plata y oro que debían ser consagrados al Señor.
  4. La ejecución de Acán y su familia: Acán confiesa su pecado y revela dónde había escondido los objetos robados. Los israelitas recuperan estos objetos y los llevan ante el Señor. Acán, junto con su familia y sus posesiones, son llevados al valle de Acor, donde son apedreados y quemados como castigo por su desobediencia.
  5. El nombre del lugar: El valle de Acor recibe su nombre debido a este evento, que significa “Valle de la Turbulencia” o “Valle del Problema”.
  6. Victoria en Hai: Con el pecado purgado del campamento, los israelitas nuevamente se preparan para atacar Hai. Esta vez, siguiendo las instrucciones del Señor, logran una victoria y capturan la ciudad.

En resumen, el capítulo 7 de Josué se centra en el pecado de Acán y sus consecuencias. El pecado de Acán y la desobediencia del pueblo llevaron a la derrota en Hai, pero una vez que se identifica y castiga el pecado, los israelitas vuelven a experimentar el favor de Dios y obtienen la victoria en la ciudad. Este capítulo destaca la importancia de la obediencia a Dios y las consecuencias del pecado en la vida del pueblo de Israel.

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