2 Crónicas 28: El Reinado de Acaz | Apostasía y Consecuencias
En este capítulo de 2 Crónicas, observamos el reinado de Acaz, rey de Judá, quien se caracterizó por su profunda apostasía y las consecuencias devastadoras que esta trajo sobre el reino. Este relato nos enseña importantes lecciones sobre los efectos destructivos de la idolatría, la importancia de permanecer fieles a Dios y cómo nuestras decisiones impactan tanto nuestra vida personal como la de otros. A través de estos eventos, encontramos principios espirituales que resaltan la necesidad de arrepentimiento y la misericordia divina incluso en medio del juicio.
La Apostasía de Acaz
El texto describe cómo Acaz hizo “lo malo ante los ojos de Jehová,” siguiendo las prácticas abominables de las naciones paganas. No solo permitió la adoración a ídolos, sino que también quemó incienso en los lugares altos, bajo cada árbol frondoso y en todas las colinas elevadas. Más aún, llegó al extremo de sacrificar a sus propios hijos en el fuego, imitando las horribles costumbres de los pueblos que Dios había expulsado de la tierra.
Este alejamiento radical de Dios provocó que Jehová entregara a Judá en manos de sus enemigos. Los ejércitos de Siria y de Israel (el reino del norte) invadieron Judá, saquearon la ciudad y llevaron cautivos a muchos habitantes. Estas invasiones fueron un castigo directo por la desobediencia de Acaz y su pueblo.
La Rebelión contra Dios
A pesar de las advertencias y el juicio evidente, Acaz no se arrepintió. En lugar de buscar a Dios en medio de la crisis, recurrió a más ídolos y practicó rituales paganos, profundizando aún más su rebelión. Esto subraya cómo el endurecimiento del corazón puede llevarnos a depender de soluciones humanas y apartarnos completamente de la fuente verdadera de ayuda: Jehová.
Cuando buscó ayuda militar de Asiria, esperando que esta nación lo liberase de sus enemigos, Acaz tuvo que pagar tributo con los tesoros del templo y del palacio real. Sin embargo, esta alianza no trajo paz ni protección, sino más opresión. Los asirios no ayudaron a Acaz; en cambio, aumentaron la carga sobre Judá.
Las Reformas Idolátricas
Acaz llevó su apostasía al extremo de alterar los utensilios del templo para adaptarlos a prácticas idólatras. Cerró las puertas del templo y estableció altares idólatras en cada esquina de Jerusalem. Además, extendió estos lugares de culto pagano por todo Judá, promoviendo una cultura de desobediencia y corrupción espiritual.
Este rechazo total al culto verdadero dejó al reino vulnerable no solo espiritualmente, sino también políticamente y socialmente. La falta de dirección divina debilitó a Judá en todos los aspectos.
Lecciones sobre Apostasía y Arrepentimiento
Este capítulo nos enseña principios espirituales aplicables a nuestra vida diaria:
- La Importancia de Permanecer Fieles a Dios: Alejarse de Él y buscar refugio en ídolos siempre resulta en ruina y separación de Su presencia.
- Las Consecuencias de la Desobediencia: Nuestros pecados tienen repercusiones no solo en nuestra vida, sino también en quienes nos rodean.
- El Peligro de Endurecer el Corazón: Rechazar las advertencias de Dios y persistir en el pecado lleva a un mayor juicio y sufrimiento.
- La Misericordia Divina Está Disponible: Aunque Acaz no se arrepintió, Dios siempre está dispuesto a perdonar y restaurar a aquellos que vuelven a Él con sinceridad.
Te invito a compartir este estudio con otros creyentes interesados en comprender mejor el ejemplo de Acaz y cómo podemos aplicar estos principios en nuestras vidas. Al difundir estas verdades, ayudamos a otros a aprender de la sabiduría bíblica y comprometerse más profundamente con el servicio divino.
Texto integro del Libro de 2 Crónicas capítulo: 28
2 Crónicas capítulo 28
Capítulo 28
DE VEINTE años era Achâz cuando comenzó á reinar, y dieciséis años reinó en Jerusalem: mas no hizo lo recto en ojos de Jehová, como David su padre.
2 Antes anduvo en los caminos de los reyes de Israel, y además hizo imágenes de fundición á los Baales.
3 Quemó también perfume en el valle de los hijos de Hinnom, y quemó sus hijos por fuego, conforme á las abominaciones de las gentes que Jehová había echado delante de los hijos de Israel.
4 Asimismo sacrificó y quemó perfumes en los altos, y en los collados, y debajo de todo árbol espeso.
5 Por lo cual Jehová su Dios lo entregó en manos del rey de los Siros, los cuales le derrotaron, y cogieron de él una grande presa, que llevaron á Damasco. Fué también entregado en manos del rey de Israel, el cual lo batió con gran mortandad.
6 Porque Peca, hijo de Remalías mató en Judá en un día ciento y veinte mil, todos hombres valientes; por cuanto habían dejado á Jehová el Dios de sus padres.
7 Asimismo Zichri, hombre poderoso de Ephraim, mató á Maasías hijo del rey, y á Azricam su mayordomo, y á Elcana, segundo después del rey.
8 Tomaron también cautivos los hijos de Israel de sus hermanos doscientos mil, mujeres, muchachos, y muchachas, á más de haber saqueado de ellos un gran despojo, el cual trajeron á Samaria.
9 Había entonces allí un profeta de Jehová, que se llamaba Obed, el cual salió delante del ejército cuando entraba en Samaria, y díjoles: He aquí Jehová el Dios de vuestros padres, por el enojo contra Judá, los ha entregado en vuestras manos; y vosotros los habéis muerto con ira, que hasta el cielo ha llegado.
10 Y ahora habéis determinado sujetar á vosotros á Judá y á Jerusalem por siervos y siervas: mas ¿no habéis vosotros pecado contra Jehová vuestro Dios?
11 Oídme pues ahora, y volved á enviar los cautivos que habéis tomado de vuestros hermanos: porque Jehová está airado contra vosotros.
12 Levantáronse entonces algunos varones de los principales de los hijos de Ephraim, Azarías hijo de Johanán, y Berechîas hijo de Mesillemoth, y Ezechîas hijo de Sallum, y Amasa hijo de Hadlai, contra los que venían de la guerra.
13 Y dijéronles: No metáis acá la cautividad; porque el pecado contra Jehová será sobre nosotros. Vosotros tratáis de añadir sobre nuestros pecados y sobre nuestras culpas, siendo asaz grande nuestro delito, y la ira del furor sobre Israel.
14 Entonces el ejército dejó los cautivos y la presa delante de los príncipes y de toda la multitud.
15 Y levantáronse los varones nombrados, y tomaron los cautivos, y vistieron del despojo á los que de ellos estaban desnudos; vistiéronlos y calzáronlos, y diéronles de comer y de beber, y ungiéronlos, y condujeron en asnos á todos los flacos, y lleváronlos hasta Jericó, ciudad de las palmas, cerca de sus hermanos; y ellos se volvieron á Samaria.
16 En aquel tiempo envió á pedir el rey Achâz á los reyes de Asiria que le ayudasen:
17 Porque á más de esto, los Idumeos habían venido y herido á los de Judá, y habían llevado cautivos.
18 Asimismo los Filisteos se habían derramado por las ciudades de la llanura, y al mediodía de Judá, y habían tomado á Beth-semes, á Ajalón, Gederoth, y Sochô con sus aldeas, Timna también con sus aldeas, y Gimzo con sus aldeas; y habitaban en ellas.
19 Porque Jehová había humillado á Judá por causa de Achâz rey de Israel: por cuanto él había desnudado á Judá, y rebeládose gravemente contra Jehová.
20 Y vino contra él Tilgath-pilneser, rey de los Asirios: pues lo redujo á estrechez, y no lo fortificó.
21 Aunque despojó Achâz la casa de Jehová, y la casa real, y las de los príncipes, para dar al rey de los Asirios, con todo eso él no le ayudó.
22 Además el rey Achâz en el tiempo que aquél le apuraba, añadió prevaricación contra Jehová;
23 Porque sacrificó á los dioses de Damasco que le habían herido, y dijo: Pues que los dioses de los reyes de Siria les ayudan, yo también sacrificaré á ellos para que me ayuden; bien que fueron éstos su ruina, y la de todo Israel.
24 A más de eso recogió Achâz los vasos de la casa de Dios, y quebrólos, y cerró las puertas de la casa de Jehová, é hízose altares en Jerusalem en todos los rincones.
25 Hizo también altos en todas las ciudades de Judá, para quemar perfumes á los dioses ajenos, provocando así á ira á Jehová el Dios de sus padres.
26 Lo demás de sus hechos, y todos sus caminos, primeros y postreros, he aquí ello está escrito en el libro de los reyes de Judá y de Israel.
27 Y durmió Achâz con sus padres, y sepultáronlo en la ciudad de Jerusalem: mas no le metieron en los sepulcros de los reyes de Israel; y reinó en su lugar Ezechîas su hijo.
Resumen del capítulo 28 del libro de 2 Crónicas
2 Crónicas, Capítulo 28: Reinado de Acaz en Judá
El capítulo 28 de 2 Crónicas se enfoca en el reinado de Acaz en Judá, un período caracterizado por la apostasía y la desobediencia. Acaz, hijo de Jotam, asciende al trono de Judá a la edad de veinte años y gobierna en Jerusalén durante dieciséis años.
Desde el inicio de su reinado, Acaz adopta un camino opuesto al de su padre. Se aparta de los caminos del Señor y sigue prácticas idólatras. Acaz ofrece sacrificios en lugares altos, quema incienso en colinas y sigue las abominaciones de las naciones paganas que el Señor había expulsado ante los hijos de Israel.
La narrativa destaca que Acaz incluso llega al extremo de sacrificar a sus propios hijos, siguiendo las prácticas paganas de las naciones vecinas. Su actitud y acciones provocan la ira del Señor sobre Judá.
Dios permite que Acaz sea derrotado por los reyes de Siria e Israel. Damasco es tomada, y muchos de los habitantes de Judá son llevados cautivos a Samaria. Acaz también es derrotado por los filisteos, quienes invaden ciudades y territorios de Judá.
En medio de sus derrotas, en lugar de buscar al Señor, Acaz busca la ayuda de los asirios, pagándoles con tesoros del templo y del palacio para obtener su apoyo contra sus enemigos. Sin embargo, esta alianza con Asiria no trae la ayuda esperada, sino más problemas para Judá.
Acaz, en su desesperación, recurre a prácticas idólatras aún más extremas. Altera el altar en el templo y adopta elementos de la adoración asiria. Sin embargo, estas acciones no mejoran su situación ni traen la bendición de Dios.
El capítulo concluye con la muerte de Acaz, pero su historia deja un legado oscuro de apostasía y desobediencia en Judá. Aunque enfrentó desafíos y derrotas, la elección de Acaz de apartarse de Dios y buscar soluciones en las prácticas paganas resultó en la desgracia para su reino.
En resumen, el capítulo 28 de 2 Crónicas presenta el reinado sombrío de Acaz en Judá, marcado por la apostasía, la adopción de prácticas idólatras y derrotas militares como resultado de su desobediencia. La historia destaca las consecuencias de apartarse de los caminos del Señor y buscar soluciones en el mundo en lugar de en Dios.


